La capital libia, Trípoli, presenció protestas masivas la noche del viernes a sábado, exigiendo la caída del gobierno del primer ministro Abdul Hamid Dbeibeh, donde los manifestantes se reunieron en varias áreas de la ciudad, incluido el mercado de viernes y la plaza de Argelia, mientras que otros cerraron carreteras principales en Ghot Al-Shaal y la carretera costera en la ciudad de Zawiya.
Estas protestas se producen tras la muerte del activista civil Abdelmonem Almaryami, quien falleció a causa de las heridas sufridas después de ser secuestrado anteriormente en la ciudad de Surman.
El movimiento para derrocar al gobierno interino acusó tanto a Dbeibeh como a las fuerzas de seguridad interna de estar detrás del asesinato de Almaryami, exigiendo una investigación urgente y transparente bajo la supervisión de entidades neutrales.
Un joven del movimiento afirmó que la versión oficial sobre la muerte de Almaryami no coincide con el informe médico que indica que la muerte fue causada por un golpe en la cabeza, señalando un encubrimiento deliberado al no publicar las grabaciones de las cámaras de vigilancia que capturaron el momento de su caída, considerándolo como evidencia de un asesinato premeditado.
El movimiento exige revelar la verdad completa y responsabilizar a los culpables ante el pueblo libio, en medio de un ambiente de creciente tensión en la capital.