Esta mañana, el presidente libanés Joseph Aoun se reunió en Beirut con el enviado estadounidense Tom Brak, en una reunión de alto nivel que incluyó una delegación estadounidense encabezada por la senadora Jeanne Shaheen, para discutir la respuesta israelí a las observaciones libanesas relacionadas con el tema del desarme de Hezbollah.
La reunión se produce en el contexto del aumento de los esfuerzos diplomáticos internacionales para garantizar la estabilidad del Líbano, en medio de temores de una posible explosión interna si las armas permanecen fuera del control del estado.
El presidente Aoun enfatizó en una declaración anterior que "el Líbano de las sectas no crea un estado", subrayando que "el estado es el que protege a todas las sectas y preserva la patria", en una clara referencia a la importancia de unificar la decisión de seguridad y militar bajo la autoridad del estado libanés únicamente.
Por su parte, la diputada del enviado estadounidense para Oriente Medio Morgan Ortagus, durante su visita a Beirut, afirmó que Hezbollah no representa al pueblo libanés, sino a Irán, señalando la total disposición de Washington para apoyar al ejército libanés en el desarrollo e implementación de un plan integral para desarmar al partido.
En una declaración exclusiva al sitio informativo This Is Beirut, Ortagus enfatizó el firme apoyo de Estados Unidos al gobierno libanés, reafirmando la seriedad estadounidense en ayudar al Líbano a implementar un plan de desarme, que garantice la seguridad y estabilidad en el país.
En este mismo contexto, el ministro del Interior libanés, Ahmad al-Hajjar, declaró: "Ningún libanés quiere volver a la guerra civil", aclarando que limitar las armas en manos del estado es en beneficio de todos los libaneses, y añadiendo que las fuerzas de seguridad interna están preparadas para lidiar con cualquier agresión o disturbios durante las posibles protestas.
Las recientes reuniones estadounidenses-libanesas indican un claro aumento diplomático hacia el tratamiento de las raíces de la crisis de seguridad en el Líbano, en medio de intensos movimientos internacionales para restaurar la estabilidad en este país que enfrenta presiones internas y externas sin precedentes.