La capital ucraniana, Kiev, presenció anoche, martes 22 de julio, manifestaciones enojadas después de que el presidente Volodimir Zelensky firmara una ley controvertida aprobada por el parlamento, que elimina la independencia de dos instituciones clave de lucha contra la corrupción.
Cientos de manifestantes, en su mayoría jóvenes, se reunieron cerca de la sede presidencial en Kiev, coreando consignas como "vergüenza, vergüenza", exigiendo al presidente que utilice su derecho de veto para detener la implementación de la ley, según informó la agencia de noticias alemana.
Las protestas se extendieron a otras ciudades como Lviv, Odesa y Dnipro, como expresión de un amplio rechazo a esta decisión que muchos consideran una amenaza directa a los esfuerzos contra la corrupción y la independencia de las instituciones de control en el país.
El jefe de la Oficina Nacional Anticorrupción, Artem Sytnyk, advirtió que la nueva ley pone tanto a la "Oficina Nacional Anticorrupción" como a la "Oficina del Fiscal Especializado en la Lucha contra la Corrupción" bajo el control del poder, y pidió al presidente que no la firmara, asegurando que el paso podría perjudicar el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea.
A pesar de estas advertencias, Zelensky firmó la ley el martes por la noche.
La Comisión Europea expresó una "grave preocupación", donde la comisaria de Ampliación, Marta Koci, dijo que la decisión representa un "paso peligroso hacia atrás" en los esfuerzos anticorrupción en Ucrania, afirmando que el respeto al estado de derecho es un elemento fundamental en las negociaciones de adhesión a la Unión.
Por otro lado, el Servicio de Seguridad de Ucrania, directamente subordinado a Zelensky, tomó medidas contra varios empleados de la Oficina Nacional Anticorrupción por acusaciones relacionadas con la cooperación con Rusia, lo que algunos consideraron un intento de intimidar a las instituciones de control y socavar su papel.
Zelensky ha enfrentado acusaciones de sus críticos de seguir políticas autoritarias desde hace un tiempo, especialmente con el aumento de tensiones internas y la guerra en curso.
Las instituciones encargadas de combatir la corrupción en Ucrania se establecieron después de la destitución del expresidente Viktor Yanukovych en 2014, como parte de un proceso respaldado por Occidente.
A pesar de estos esfuerzos, Ucrania sigue siendo clasificada como uno de los países más corruptos de Europa, según Transparency International.
Los críticos afirman que algunas de estas entidades se han convertido en herramientas de influencia occidental dentro de la política ucraniana.