Washington .. críticas severas tras la publicación de la Guardia Nacional y el control de Trump sobre la policía de la capital

El paso del presidente estadounidense Donald Trump de tomar el control directo de la policía de Washington D.C. y desplegar la Guardia Nacional en sus calles ha generado una ola de críticas severas, ya que la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, calificó la decisión como "preocupante y sin precedentes", aunque afirmó que las autoridades locales "no están completamente sorprendidas" por la acción del presidente.
Trump había ordenado el despliegue de 800 elementos de la Guardia Nacional para asumir funciones policiales, justificando esto por el aumento de las tasas de criminalidad que describió como "fuera de control", a pesar de datos oficiales anteriores que indicaron que la criminalidad violenta en la capital había alcanzado sus niveles más bajos en tres décadas. También insinuó la posibilidad de enviar al ejército "si es necesario".
Esta medida llega días después de que Trump amenazara con que el gobierno federal asumiera el control de la administración de la capital, tras un incidente en el que un empleado del Departamento de Defensa fue agredido y le robaron su automóvil en la madrugada, donde el presidente describió este paso como "un acto histórico para salvar la capital del país de la criminalidad, el derramamiento de sangre y el caos".
La acción fue criticada por legisladores demócratas que representan el área de Washington, entre ellos el congresista Glenn Ivey, quien consideró el asunto "impactante, incluso para Trump", preguntándose si este paso es un preludio a una escalada mayor en las instituciones de gobierno local. Ivey señaló lo que consideró una contradicción en la postura del presidente, diciendo: "El seis de enero no quiso llamar a la Guardia Nacional, pero ahora un crimen individual lo lleva a convertir la policía de la capital en una fuerza federal?".
Por su parte, el congresista Jamie Raskin acusó al presidente de intentar "provocar controversia y desviar la atención de su negativa a publicar los archivos de Epstein", añadiendo que los residentes de la capital que votaron en su contra por mayoría podrían ser el objetivo de un paso con dimensiones políticas y de represalia.