En una nueva escalada en la guerra de drones entre Rusia y Ucrania, la Fuerza Aérea Ucraniana anunció hoy lunes el derribo de 76 drones de un total de 86, lanzados por Rusia en un ataque aéreo a gran escala que tuvo como objetivo diversas partes de Ucrania en la noche del 31 de agosto al 1 de septiembre.
Los ataques, que abarcaron el norte, sur, este y centro de Ucrania, se llevaron a cabo utilizando drones del modelo "Shahed" y algunos modelos engañosos, que fueron lanzados desde diferentes áreas dentro del territorio ruso, como Kursk, Oriol, Bryansk, Milrovo y Primorsko-Ajtarsk, además de la península de Crimea.
El comunicado ucraniano indicó que las defensas aéreas ucranianas, en colaboración con unidades de guerra electrónica y drones, lograron repeler casi por completo el ataque, lo que refleja un desarrollo notable en las capacidades de defensa ucraniana contra los ataques aéreos rusos.
Por otro lado, el Ministerio de Defensa ruso anunció el derribo de 50 drones ucranianos, al tiempo que afirmó que las defensas aéreas rusas interceptaron los drones durante la noche, desde la medianoche hasta las cinco de la mañana, hora de Moscú.
El ataque ucraniano fue repelido sobre varias regiones rusas, incluidas las provincias de Belgorod, Saratov, Samara, Orenburgo, Tartaristán, además de áreas del mar Negro y el mar de Azov.
En este contexto, los esfuerzos diplomáticos continúan intensamente, ya que se espera que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski se reúna con varios líderes europeos en París el próximo jueves, en un paso para activar la diplomacia y abrir el camino hacia un acuerdo político para el conflicto.
Fuentes europeas informaron que la reunión se centrará en discutir las garantías de seguridad para Ucrania en cualquier acuerdo con Rusia, en un momento en que Kiev acusa a Moscú de dilatar cualquier conversación seria.
Y a pesar de la importancia del encuentro, la presencia del presidente estadounidense Donald Trump no se espera en esta ronda diplomática.
La guerra continúa escalando, mientras aumenta la presión internacional sobre ambas partes para buscar soluciones pacíficas al conflicto que ha perdurado durante años.