El debate se encendió en Argelia después de la difusión de videos impactantes que muestran la matanza de animales callejeros mediante un método localmente conocido como "el galufa", donde los gatos y perros son colocados en jaulas estrechas, para luego ser electrocutados con agua y electricidad hasta la muerte.
Las escenas crueles han provocado la ira de los defensores de los derechos de los animales, quienes han calificado estas acciones como salvajes e inútiles desde el punto de vista sanitario.
Las redes sociales están siendo testigos de una ola de indignación, especialmente después de la difusión de imágenes que documentan la caza indiscriminada de animales, capturándolos de manera cruel sin distinguir entre los enfermos y los sanos, para luego ser encerrados en el corral sin comida durante tres días antes de llevar a cabo la matanza.
La veterinaria argelina Badra Bashen, activista en el campo de los derechos de los animales desde 2017, ha estado a la vanguardia de los manifestantes contra estas prácticas, asegurando que este método no solo es cruel, sino que tampoco contribuye a controlar la propagación de la rabia canina, pudiendo tener consecuencias contraproducentes.
Señaló que los animales infectados con rabia suelen aislarse de los humanos y mostrar síntomas claros, mientras que la caza indiscriminada apunta a todos los animales sin distinción, lo que significa que incluso aquellos que buscan a su perro o gato en el corral no los encontrarán.
La veterinaria mencionó el caso de una perra que recibió un disparo en la mandíbula mientras cuidaba a sus cachorros, convirtiéndose en un ejemplo vivo de la crueldad hacia los animales callejeros.
Confirmó que los países avanzados optan por programas de esterilización de animales en lugar de su exterminio, mientras que en Argelia y algunos países vecinos, los corrales siguen llevando a cabo operaciones de matanza masiva sin considerar alternativas más humanitarias.
La jaula utilizada en estas operaciones, conocida como "el galufa", es una institución pública con fines comerciales, donde se recogen perros y gatos sin distinguir entre los vacunados y los no vacunados, lo que aumenta la controversia sobre la efectividad de este procedimiento en el control de la propagación de enfermedades, especialmente con el creciente conocimiento sobre los derechos de los animales en la sociedad argelina.