El documento estadounidense entre Beirut y Damasco: espera siria y apuestas libanesas

El documento presentado por el enviado estadounidense Tom Brack incluye tres capítulos principales:
Demarcación de fronteras: formación de un comité tripartito (libanés - sirio - internacional) para demarcar las fronteras terrestres y marítimas y las zonas económicas exclusivas, con el apoyo de Estados Unidos, Francia, Arabia Saudita y las Naciones Unidas.
Lucha contra las drogas: lanzamiento de un mecanismo conjunto libanés - sirio para combatir el tráfico de drogas, un asunto delicado dada la información internacional sobre la proliferación de redes de contrabando a través de la frontera sirio - libanesa.
Restricción de armas: desarme de "Hezbollah" y entrega de las armas al ejército libanés, un punto que no se ha declarado explícitamente pero que representa el principal obstáculo.
Según fuentes gubernamentales libanesas, Damasco no ha informado a Beirut sobre ninguna posición oficial hasta ahora. Este silencio refleja varios cálculos:
Apuestas regionales: Siria prefiere esperar para conocer la posición final de Israel antes de comprometerse con cualquier acuerdo.
El delicado tema de las drogas: Damasco puede no estar preparado para cooperar plenamente en la lucha contra las drogas, especialmente con los informes que hablan de la implicación de figuras sirias anteriores en estas redes.
Coordinación con "Hezbollah": cualquier acuerdo sobre fronteras o drogas debe contar con la aprobación del partido, que controla las áreas fronterizas del lado libanés.
El Dr. Sami Nader, director del "Centro del Levante para Asuntos Estratégicos", señala que la solución a los problemas fronterizos con Siria está vinculada a la cuestión de restringir las armas de "Hezbollah", ya que las áreas fronterizas libanesas - sirias están completamente controladas por el partido. Esto significa que cualquier demarcación de fronteras o establecimiento de un mecanismo para combatir las drogas requiere primero el control del ejército libanés sobre las áreas.
Arabia Saudita desempeñó un papel crucial en marzo pasado cuando patrocinó un acuerdo entre los ministros de defensa libaneses y sirios, en el que se reafirmó la importancia de demarcar las fronteras. Sin embargo, este acuerdo quedó en papel debido a las complejidades de seguridad y políticas. Hoy, Arabia Saudita y Estados Unidos son considerados los principales intermediarios, pero su éxito depende de su capacidad para convencer a Damasco de cooperar, así como de romper el estancamiento en el tema de la seguridad interna libanesa.
A pesar de las visitas oficiales realizadas por los primeros ministros libaneses Najib Mikati y Nawaf Salam a Damasco tras la caída del régimen de Assad, las relaciones entre los dos países siguen congeladas. Damasco aún no ha nombrado un nuevo embajador en Beirut, y la visita del ministro de Relaciones Exteriores sirio aún no se ha definido. Este estancamiento obstaculiza cualquier avance en los temas pendientes, especialmente en los casos de los desplazados y los detenidos sirios en Líbano.
Los mediadores estadounidense y saudí continuarán presionando a Damasco para que anuncie su posición sobre el documento, especialmente porque Washington ha vinculado el levantamiento de las sanciones sobre Siria a la cooperación en los temas de seguridad y fronteras.
El papel del ejército libanés: el ejército presentará pronto su plan para restringir las armas, lo cual será una prueba real de la seriedad del gobierno libanés en desarmar a "Hezbollah".
Israel exigirá garantías de seguridad estrictas antes de aceptar cualquier demarcación de fronteras, especialmente en lo que respecta a la presencia de "Hezbollah" en la frontera.
El juego ya no se limita a Beirut y Damasco, sino que se ha convertido en parte de una compleja ecuación regional. El éxito requiere más que solo presiones internacionales.