El Ministro de Relaciones Exteriores sirio elogia el informe de la ONU sobre los eventos en la costa y reafirma el compromiso del gobierno con la rendición de cuentas y la justicia

El Ministro de Relaciones Exteriores sirio, Asad Hasan Al-Shaibani, expresó su aprecio por el informe emitido por la Comisión de Investigación Internacional sobre Siria, que abordó los eventos de violencia en la región costera siria durante el mes de marzo pasado.
Al-Shaibani envió un mensaje de agradecimiento al presidente de la comisión, Paulo Sérgio Pinheiro, elogiando los esfuerzos realizados en la elaboración del informe, afirmando que "lo que se menciona en él está en consonancia con lo que ha llegado a la Comisión de Verdad Nacional Independiente".
El ministro sirio reafirmó el compromiso del gobierno de "integrar las recomendaciones en el proceso de construcción de instituciones y consolidar el estado de derecho en la nueva Siria", según lo informado por la agencia oficial "SANA". También valoró el reconocimiento del informe de la ONU sobre "los esfuerzos del gobierno para perseguir y responsabilizar a los involucrados", señalando que "el gobierno ha tomado medidas serias para la rendición de cuentas, y se han detenido a varios de los involucrados".
Por otro lado, Al-Shaibani expresó su aprecio por la mención del informe sobre "la cantidad de información engañosa que se ha difundido sobre los eventos", reafirmando el esfuerzo del gobierno por "consolidar la justicia y garantizar la rendición de cuentas y prevenir la repetición de violaciones".
Cabe mencionar que el informe de la ONU, publicado más temprano hoy, concluyó que "las violaciones y actos de violencia que ocurrieron en la región costera durante el mes de marzo pasado podrían constituir crímenes de guerra", señalando que "se cometieron violaciones generalizadas por todas las partes, ya sean elementos de seguridad del gobierno o milicianos leales al régimen anterior".
Las regiones de la costa siria, específicamente Latakia, Tartus y Baniyas, fueron escenario de eventos de violencia sangrienta el 6 de marzo pasado que afectaron a civiles y elementos de seguridad. El gobierno acusó a milicianos leales al expresidente Bashar al-Assad de "ser responsables de los ataques a sus fuerzas y de ejecutar a decenas de ellos", mientras que se acusó a elementos de seguridad de "cometer violaciones contra civiles, y de quemar y robar casas".