Con palabras que sangran dolor, Samer Haqi lamentó a su esposa Inji Morad, quien partió repentinamente, dejando atrás un hogar vacío excepto por sus recuerdos, y un vacío que nada puede llenar... Le escribió despidiéndose:
"Te has ido y me has dejado con el corazón roto... Te has ido y me has dejado un vacío sin fin... Pero me consuela saber que estás en los ojos del Misericordioso y en Su misericordia... Que Dios nos reúna en Sus jardines".
No eran solo palabras, eran el lamento de un hombre que perdió su alma, y su sol se apagó a plena luz del día. Inji partió antes de abrazar a su nuevo hijo en su pecho, antes de darle el calor de sus ojos y su voz.
Se fue a los 32 años, después de que la enfermedad sofocara su último aliento, dejando su cuerpo frágil y su espíritu elevándose lejos. Como si hubiera sentido que su partida estaba cerca, escribió en su página oficial de despedida:
"Estoy muriendo... Perdónenme..."
No era solo una publicación, era un adiós final, que nadie pudo salvarla después. Su hijo llegó al mundo solo, luchando por sobrevivir en un abrazo sin calor, con una madre que nunca le susurrará "te amo".
Su madre, por otro lado, se paró al borde del dolor, despidiendo a su hija con palabras que sangran dolor:
"Que Dios te perdone y te conceda su misericordia, y esté contigo, Inji, mi ángel... Morir mientras traes a tu hijo al mundo... Te has ido y has dejado este mundo... Que Dios te tenga misericordia y te haga de los habitantes del Paraíso".
Inji Morad, el rostro que iluminó la pantalla con su belleza, y la voz que conquistó los corazones, comenzó su viaje después de graduarse del Instituto Superior de Artes Escénicas, brillando hasta ser coronada Miss Asia 2017.
Destacó en obras como "El aroma de Damasco", "Simplemente", "La reina madre", y su última aparición fue en "El mercado de los ladrones" que se está transmitiendo actualmente.
Hoy, Inji se fue, pero su voz y su risa permanecerán atrapadas en la memoria de quienes la amaron, como una brisa que pasó y no se olvidó...