Documentos secretos rusos revelan nuevos detalles sobre el final de Hitler.

Los servicios de inteligencia rusos (FSB) han revelado documentos secretos que salen a la luz después de 80 años de la caída de Berlín, presentando una versión diferente del final del líder nazi Adolf Hitler, desafiando la narrativa histórica predominante de su suicidio.
Según los documentos recientemente publicados, Hitler no se suicidó disparándose o tomando veneno, sino que fue ejecutado de un disparo en la cabeza por su principal asistente personal, Heinz Linge, por orden directa de él.
Esto ocurrió después de las dudas de Hitler sobre la eficacia de la cápsula de "cianuro" debido a las numerosas inyecciones médicas que recibía, según el testimonio de Hans Rattenhuber, jefe de la policía nazi, ante los investigadores soviéticos.
Aunque el testimonio de Rattenhuber surgió en Occidente durante la Guerra Fría, en ese momento se consideró parte de la "guerra de la información" soviética, especialmente porque contradecía el testimonio de Linge, quien previamente afirmó en investigaciones que Hitler se suicidó por miedo a caer en manos de los aliados.
Los documentos incluyen fotos de los dientes carbonizados de Hitler, que mostraban rastros de "cianuro", además de la última foto conocida de él y testimonios detallados de sus allegados en sus últimos días en el "búnker".
Los documentos también destacan el testimonio de Linge describiendo la ropa de Hitler y su esposa Eva Braun en el momento de la muerte.
Los documentos señalan el deterioro de la salud física y mental de Hitler en sus últimos días, donde se negaba a rendirse o negociar.
Un historiador ruso afirmó en un video: "Hitler se dio cuenta de que no había sentido en continuar la lucha... su estado era lamentable y temía ser capturado mientras intentaba huir".
Los documentos también revelan cómo los soviéticos presionaron a Otto Günsche, asistente personal de Hitler, para obtener confesiones. Fue encarcelado con un oficial nazi anterior (el coronel Remlinger) para persuadirlo a cooperar.
Remlinger escribió en su informe: "Le dijimos que la caída del régimen nazi lo liberó de su lealtad a Hitler, y que su testimonio se había convertido en un mero documento histórico".
La unidad soviética "SMERSH" informó que encontraron dos cuerpos carbonizados en el jardín de la Cancillería del Reich, creyendo que uno de ellos pertenecía a Hitler. Para el 8 de mayo de 1945, se preparó el primer informe forense sobre la identidad del cadáver.