En una nueva confirmación de la profundidad de la cooperación estratégica entre Moscú y Pekín, el ministro de Defensa ruso, Andrei Beliaúsov, anunció que las relaciones ruso-chinas han alcanzado un nivel de fuerza y coordinación sin precedentes, elogiando el importante papel que desempeña la comunicación directa entre los líderes de ambos países en el fortalecimiento de esta asociación.
Esto ocurrió durante su reunión con su homólogo chino, Dong Jun, en la ciudad de Qingdao, en el este de China, al margen de la reunión de ministros de Defensa de la Organización de Cooperación de Shanghái, donde Beliaúsov señaló que ambos países continúan desarrollando la cooperación en todas las áreas, especialmente en los sectores militar y de defensa.
El ministro ruso dijo: "Las relaciones amistosas entre nuestros países están experimentando un rápido crecimiento que se debe en gran medida a la confianza mutua entre los presidentes, lo que constituye la base de nuestra asociación estratégica".
También expresó el compromiso de Rusia de cumplir con todos los acuerdos alcanzados a los niveles más altos, señalando que el diálogo en curso con el lado chino avanza hacia una "cooperación estrecha y fructífera", especialmente en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghái.
Beliaúsov afirmó que las conversaciones bilaterales contribuirán al fortalecimiento de la asociación defensiva entre ambos países, explicando que Rusia y China celebran este año el 80 aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, en referencia a la unidad de su historia común frente a la agresión japonesa.
La visita del ministro de Defensa ruso a China se produce para participar en la reunión de ministros de Defensa de la Organización de Cooperación de Shanghái, donde los participantes discuten asuntos de seguridad regional e internacional, además del desarrollo de la cooperación militar dentro del marco de la organización que reúne a importantes potencias en Asia.
Estas declaraciones llegan en un momento en que el mundo está experimentando crecientes tensiones geopolíticas, lo que hace que las alianzas defensivas entre las grandes potencias sean de gran interés, especialmente entre Rusia y China, que buscan presentar un modelo alternativo al equilibrio internacional frente a la influencia occidental.