La muerte de la influyente y cantante brasileña Anna Bárbara Barbeldrini en Turquía ha generado un gran debate en los últimos dos días, especialmente porque ocurrió en un hospital donde se preparaba para filmar un anuncio publicitario después de someterse a una cirugía estética.
Barbeldrini, de 30 años, falleció en el hospital privado "Tusa" en la provincia de Estambul, después de sufrir complicaciones graves al despertar de la anestesia tras la cirugía estética.
A pesar de los intentos del equipo médico por intervenir y salvarla, perdió la vida en circunstancias misteriosas, lo que llevó a las autoridades turcas a abrir una investigación exhaustiva.
La Dirección de Salud de Estambul emitió un comunicado oficial sobre el incidente, en el que confirmó que realizó una inspección excepcional de la sala de operaciones y la unidad de cuidados intensivos dentro del hospital tan pronto como se recibió la noticia del fallecimiento, y comenzó a tomar medidas legales para investigar el incidente.
También se realizó la autopsia para determinar la causa exacta de la muerte, mientras continúa el seguimiento legal y administrativo.
Anna Bárbara estaba en Estambul para disfrutar de su luna de miel, después de casarse en mayo pasado con el cantante africano Elgar Suya, conocido artísticamente como "De Hermes".
Tenía planeado filmar un anuncio para el hospital donde se realizó la operación, como parte de una colaboración publicitaria en el marco de lo que se conoce como "turismo de belleza" en crecimiento en Turquía.
Su esposo, en declaraciones a los medios locales, acusó directamente al hospital de negligencia, afirmando que la cirugía estética se realizó antes de la hora programada, sin suficientes preparativos, y que ella ingresó a la cirugía después de haber comido, a pesar de que eso constituye una clara violación de los protocolos médicos de anestesia.
También mencionó que la familia ha contratado abogados para seguir el caso, y están a la espera de los resultados de la autopsia y los informes médicos oficiales.
El esposo, en estado de shock, dijo: "Nadie debería perder la vida de esta manera tan simple. Venimos a Turquía porque confiamos en la calidad de su sistema de salud. ¿Deberíamos tener miedo cada vez que vengamos a este país ahora?".
El caso ha vuelto a plantear el debate sobre los estándares de seguridad y control médico en las clínicas de estética privadas en Turquía, que se han convertido en un destino preferido para el turismo médico y de belleza, especialmente para visitantes de Europa y América Latina.