El aire de las montañas podría ser la clave para tratar el Parkinson

Un estudio reciente ha demostrado que vivir en un entorno con bajo oxígeno, como el que se encuentra en el campo base del monte Everest, podría ofrecer una nueva esperanza para tratar la enfermedad de Parkinson y quizás revertir su progreso.
Según un equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, el aumento de los niveles de oxígeno en el cerebro contribuye al daño de las células nerviosas y a la aparición de los síntomas de la enfermedad. Los investigadores señalaron que reducir la cantidad de oxígeno inhalado podría proteger al cerebro de este daño.
La enfermedad de Parkinson es uno de los trastornos neurológicos más comunes, afectando a más de 10 millones de personas en todo el mundo, lo que lleva a un deterioro progresivo de las células nerviosas responsables del movimiento.
En el experimento, se inyectó a ratas una sustancia llamada "alfa-sinucleína" que provoca la formación de cuerpos de Lewy, y se dividieron en dos grupos: el primero respiró aire normal, mientras que el segundo fue colocado en un entorno con un 11% de oxígeno, simulando la vida a una altitud de 4800 metros.
Los resultados mostraron que las ratas que respiraron aire normal sufrieron una gran pérdida de células nerviosas, mientras que las ratas en el entorno de bajo oxígeno no sufrieron ningún daño neuronal.
Es interesante que el tratamiento ayudó a las ratas a recuperar sus habilidades motoras incluso después de que aparecieron los síntomas, lo que sugiere un efecto positivo en las mitocondrias del cerebro.