Mohamed Takala gana la presidencia del Consejo Supremo, desencadenando una crisis con Khalid al-Mashri

July 28, 202578 VistasTiempo de lectura: 2 minutos
Mohamed Takala gana la presidencia del Consejo Supremo, desencadenando una crisis con Khalid al-Mashri
En un nuevo desarrollo que refleja la profundidad de la división política en Libia, Mohamed Takala anunció su victoria en un tercer mandato como presidente del Consejo Supremo del Estado, después de una sesión de votación celebrada ayer domingo, en la que obtuvo 59 votos de los 95 miembros presentes en la sesión.
Sin embargo, el resultado no pasó sin problemas, ya que fue recibido con un fuerte rechazo por parte de su rival Khalid al-Mashri, quien cuestionó la legitimidad de la sesión en su totalidad, afirmando que no se alcanzó el quórum legal requerido.

Al-Mashri, ausente en la sesión, calificó el proceso de votación como "ilegítimo", señalando que el número mínimo de miembros requeridos para su celebración debería ser de al menos 91, lo que _según él_ hace que sus resultados sean inválidos y no reconocidos.

Por otro lado, el primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional, Abdul Hamid Dbeibah, felicitó la reelección de Takala, considerando que la votación refleja la unidad y la voluntad de los miembros del Consejo Supremo, en una posición que muestra su apoyo a Takala frente a Al-Mashri.

Esta ronda de elecciones ha reavivado el conflicto entre Takala y Al-Mashri, un enfrentamiento que comenzó el año pasado cuando cada uno de ellos se aferró a su legitimidad en la presidencia del Consejo.
Mientras Takala se ve a sí mismo como un presidente elegido de manera legal, Al-Mashri se niega a aceptar la derrota y insiste en su derecho a liderar el Consejo.

Los observadores advierten que la continuación de este conflicto podría debilitar el Consejo Supremo del Estado, una de las entidades políticas más destacadas en Libia, especialmente dada su función crucial en las consultas relacionadas con el proceso constitucional y las próximas elecciones.
Este conflicto también podría llevar a la desintegración del Consejo en un momento crítico en el que el país necesita un amplio consenso para superar su continua crisis política.

Lo llamativo de esta situación es la divergencia en las posturas de ambas partes hacia el Gobierno de Abdul Hamid Dbeibah,
ya que mientras Khalid al-Mashri apoya la idea de formar un nuevo gobierno unificado en coordinación con el parlamento, Mohamed Takala prefiere mantener a Dbeibah en el poder hasta la celebración de elecciones generales.

¿Profundizará esta disputa la división política, o acelerará la búsqueda de un nuevo acuerdo que abra el camino hacia elecciones integrales que pongan fin al caos y divisiones que ha sufrido Libia durante años?

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