Apareció un joven egipcio en una transmisión en vivo en Facebook, hablando con desesperación y palabras cargadas de amargura, antes de anunciar que había tomado una "pastilla de plaguicida" tóxica.
Nadie sabía que serían sus últimos momentos, cuando dijo con voz entrecortada:
"Tomé la pastilla de plaguicida... y mi culpa recae en todos los que me han oprimido".
Otro intentó disuadirlo de su decisión, pero respondió con una frase aún más impactante:
"¿Crees que estoy bromeando?... Tomé dos pastillas de plaguicida".
No pasó mucho tiempo hasta que las redes sociales quedaron en estado de shock, y al llegar al hospital, el veneno había cumplido su misión, terminando su vida en medio de la conmoción de su familia y amigos.
El joven Mustafa, que no superaba los 22 años, enfrentaba presiones psicológicas y deudas abrumadoras.
Pero lo que empeoró la situación fue un comentario cruel en una de sus publicaciones, burlándose de él para que tomara la "pastilla de plaguicida" para poner fin a su sufrimiento, como si fuera la chispa final que lo llevó a tomar su decisión fatal.
Esta pastilla mortal, originalmente diseñada para proteger los cultivos de las plagas, se ha convertido en un medio silencioso de muerte que se está propagando entre los jóvenes del campo egipcio, vendiéndose a bajo precio, pero destruyendo la vida de quienes la ingieren en cuestión de horas, sin antídoto ni posibilidad de salvación.
Su amigo, devastado por su partida, solo encontró palabras conmovedoras para pedir misericordia y exigir a todos que dejen de lastimar a los demás con sus palabras, diciendo:
"Que Dios toque los corazones de la gente con misericordia... Mustafa se suicidó por un comentario cuyo autor no sabía que podría matarlo".
En los últimos años, la "pastilla de plaguicida" ha encabezado los titulares en Egipto debido al aumento de casos de suicidio por su uso, ya que mata a quienes la consumen en silencio y durante horas, sin que sus seres queridos puedan salvarlos.
Estas píldoras también son conocidas como "pastillas de plaguicida" y contienen fosfuro de aluminio tóxico, que no tiene antídoto en el mundo, lo que hace que quienes las ingieren enfrenten una muerte segura.
El fosfuro de aluminio se utiliza originalmente como un pesticida efectivo para insectos y roedores, y se ha extendido rápidamente en la agricultura debido a su capacidad para liberar gas fosfina letal, pero ha pasado de ser un medio para proteger los cultivos a ser un medio para poner fin a la vida, en una trágica tendencia que crece día a día.