Jordania traza una línea roja ante la expansión israelí en Siria

El ministro de Relaciones Exteriores jordano, Ayman Safadi, declaró desde el corazón de la capital rusa: "El sur de Siria es nuestra primera línea de defensa, y no permitiremos que se encienda el caos en nuestras fronteras". Estas palabras no fueron solo una advertencia pasajera, sino un mensaje dirigido a Israel y sus aliados de que Ammán no se quedará de brazos cruzados ante los intentos de desgarrar el tejido sirio.
Las declaraciones de Safadi se produjeron durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo ruso, Sergey Lavrov, tras la firma de un acuerdo histórico para la eliminación de visados entre los dos países. Pero lo que fue más interesante fue ese cambio evidente en el discurso diplomático jordano, que pasó de una advertencia tenue a una claridad evidente en la descripción de la "absurda israelí" en el sur de Siria.
El ministro jordano, con un tono que parece llevar años de frustración acumulada, advirtió que las políticas expansionistas de Israel "buscan prolongar el conflicto" no solo en los territorios palestinos, sino también en Líbano y Siria. Estas palabras no fueron solo una crítica diplomática habitual, sino una condena clara a un proyecto regional adoptado por el gobierno de Netanyahu.
Lo notable en el nuevo discurso jordano es la clara conexión entre la seguridad nacional jordana y la estabilidad del sur de Siria. Ammán, que ha sufrido durante años las consecuencias de la guerra en Siria, sabe muy bien que cualquier colapso adicional en las áreas del sur de Siria podría desestabilizarla también.
Pero el mensaje más importante fue la advertencia de Safadi sobre "la intervención israelí en los asuntos internos sirios". Esta frase en particular se refiere a información de inteligencia jordana sobre intentos israelíes de crear focos de tensión en la provincia de Suwaida, que representa la puerta norte de Jordania.
Por otro lado, el momento fue muy significativo. La visita de Safadi a Moscú y la firma del acuerdo de eliminación de visados con Rusia muestran que Ammán está buscando nuevos aliados para enfrentar los desafíos regionales. El acuerdo que permite a los ciudadanos rusos viajar a Jordania sin visa previa es más que solo facilidades turísticas, es una puerta para fortalecer las relaciones económicas y de seguridad entre los dos países.
El mensaje jordano llegó con claridad: Ammán se niega a que Siria sea un campo de batalla para los conflictos regionales y está dispuesta a colaborar con todas las partes para proteger la soberanía y la unidad del país. Esta postura ya no es un secreto para nadie, especialmente después de la histórica visita del presidente sirio Ahmad al-Shara a Jordania en julio pasado.
En el trasfondo, hay una creciente preocupación jordana de que el proyecto expansionista israelí ya no se limita a los territorios palestinos, sino que también afecta a los países vecinos. Las advertencias de Safadi sobre un "proyecto destructivo liderado por el gobierno israelí" no fueron exageraciones, sino una expresión de una convicción arraigada en la capital jordana de que Israel está empujando a la región hacia el abismo.
El escenario que Ammán teme es que el sur de Siria se convierta en un nuevo campo de batalla, donde las milicias luchan y los grupos armados operan bajo un patrocinio regional. Esta pesadilla de seguridad es lo que el Reino Hachemita intenta evitar con todas sus fuerzas.
El juego se ha vuelto complicado, y las múltiples partes hacen de Siria un gran tablero de ajedrez. Pero Jordania, con su mensaje claro desde Moscú, asegura que no será solo un espectador, sino un jugador activo en la configuración del futuro de Siria y de la región en su conjunto.