Las alarmas de alerta sonaron nuevamente en Israel, específicamente en la región del Mar Muerto, después de que las autoridades informaran sobre el lanzamiento de un nuevo misil desde Yemen, en medio de un aumento sin precedentes en la frecuencia de los ataques perpetrados por los hutíes respaldados por Irán.
Este desarrollo ocurrió horas después de que el ejército israelí anunciara la interceptación de un misil balístico y un dron provenientes del este, en una serie de ataques crecientes que reflejan la intensificación del frente yemení-israelí.
El portavoz militar de los hutíes, Yahya Saree, declaró que el grupo llevó a cabo "una operación militar dirigida a la base israelí de Nevatim en el Negev al sur de Palestina ocupada, con un misil balístico de crucero", confirmando que el misil "alcanzó su objetivo", fortaleciendo las afirmaciones del grupo sobre lograr una penetración sin precedentes en las defensas aéreas israelíes.
Mientras el ejército israelí trabaja en repeler estos ataques, se informó sobre la interceptación de un dron que se dirigía hacia territorio israelí desde el este, indicando una coordinación en múltiples frentes.
Este desarrollo fue precedido por la activación de sistemas de alerta en varias áreas dentro de Israel tras detectar el misil balístico proveniente de Yemen.
Por otro lado, Estados Unidos continúa intensificando sus operaciones aéreas contra posiciones hutíes, donde el líder hutí Abu Mohsen al-Rassas fue asesinado en un ataque aéreo estadounidense en la gobernación de Majzar al norte de Marib.
Estos ataques forman parte de una campaña que comenzó el 15 de marzo, con el objetivo de detener los ataques hutíes contra buques comerciales en el Mar Rojo y el Golfo de Adén, que son pasos vitales para el comercio mundial.
En el ámbito político, el presidente estadounidense Donald Trump renovó sus amenazas contra los hutíes, advirtiendo a Irán sobre continuar apoyándolos, señalando que estos ataques representan una amenaza directa para los intereses estadounidenses e internacionales en la región.
Estas declaraciones confirman la ampliación del enfrentamiento, no solo en tierra, sino también a nivel internacional, ante el temor de que la región se convierta en un campo de batalla más amplio.
El evento en curso dibuja los contornos de una nueva etapa de tensiones en Oriente Medio, reflejando un cambio en las reglas del conflicto, mientras las miradas se centran en cómo responderán Israel y Estados Unidos, y si estos desarrollos llevarán a la región hacia una mayor escalada o a una mesa de negociaciones postergada.