En medio del continuo asedio israelí a la Franja de Gaza, la catástrofe humanitaria se profundiza día a día, ya que el Ministerio de Salud palestino anunció hoy miércoles el registro de seis nuevas muertes en las últimas 24 horas, entre ellas un niño que falleció debido al hambre y la desnutrición.
Según el comunicado oficial emitido por el ministerio, el número de víctimas de la hambruna en la franja ha aumentado a 367 personas, entre ellas 131 niños, en un balance aterrador que refleja la magnitud del sufrimiento que viven los civiles, especialmente los niños.
El ministerio confirmó que la situación ha empeorado desde que la Unidad de Clasificación de Seguridad Alimentaria Global (IPC) anunció el 22 de agosto que Gaza había entrado oficialmente en una fase de hambruna, señalando que desde esa fecha, 89 personas han fallecido, entre ellas 16 niños, debido al hambre y la falta de nutrición.
Gaza enfrenta actualmente una crisis humanitaria asfixiante debido al asedio total que impide la entrada de alimentos, medicamentos y suministros humanitarios básicos, mientras el colapso casi total del sistema de salud continúa.
El Ministerio de Salud renovó su llamado a la comunidad internacional y a las organizaciones humanitarias y de socorro para que actúen de inmediato y con urgencia para detener la catástrofe y salvar a los que aún están vivos, advirtiendo que la continuación de esta situación podría llevar a un aumento trágico en el número de víctimas en los próximos días.
Paralelamente, miles de soldados israelíes se preparan para lanzar un ataque terrestre a gran escala sobre la ciudad de Gaza y ocuparla por completo, lo que genera preocupaciones internacionales sobre el agravamiento de la crisis humanitaria de manera sin precedentes.
Este aumento de la tensión se produce en un contexto internacional variado, donde todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, excepto los Estados Unidos, han calificado la hambruna en Gaza como "una crisis provocada por el hombre", afirmando que el uso del hambre como arma en las guerras está completamente prohibido por el derecho internacional humanitario.
El sector continúa resistiendo en medio de condiciones humanitarias trágicas, mientras la comunidad internacional insiste en limitarse a advertencias sin tomar medidas concretas para poner fin al sufrimiento.