En una escena sangrienta y chocante, la provincia de Saná, al norte de Yemen, fue testigo de un crimen horrendo que dejó cinco muertos, entre ellos un familiar del perpetrador, tras un conflicto familiar que se convirtió en un tiroteo indiscriminado que causó pánico entre los habitantes.
Según fuentes locales, la tragedia comenzó cuando surgió un fuerte desacuerdo entre el perpetrador y su esposa, lo que lo llevó a dirigirse a la casa de su tío _padre de su esposa_ después de que este se negó a devolverle a su esposa, y lo mató a sangre fría.
No se detuvo ahí, sino que el perpetrador salió a la vía pública en la aldea de "Ruhum Al-Ulya" en la zona de Qaa Al-Qaydi, al sur de la capital Saná, y comenzó a disparar de manera indiscriminada, lo que resultó en la muerte de tres habitantes de su aldea, además de un transeúnte de una aldea vecina llamada "Hafid".
El crimen provocó una ola de ira entre los habitantes, en medio de un estado de pánico y shock.
La administración de seguridad de la provincia de Saná _bajo el control del grupo hutí_ informó que el perpetrador, llamado "M. A. J", huyó después de cometer la masacre, pero las fuerzas de seguridad lograron posteriormente rastrearlo y arrestarlo.
Un informe de seguridad indicó que las investigaciones preliminares sugieren que los motivos del crimen se deben a un fuerte desacuerdo familiar entre el perpetrador y su tío, mientras que el acusado fue remitido a las autoridades legales competentes para su juicio.
Este trágico incidente ocurre en un contexto de aumento agudo en los casos de violencia doméstica en Yemen, lo que ha llevado a demandas populares urgentes para poner fin a la proliferación de armas, intensificar la vigilancia sobre su posesión y responsabilizar a los delincuentes, en un intento de detener esta continua hemorragia social y prevenir la repetición de estas tragedias.