Daraa en una situación delicada: bombardeos repentinos y desplazamientos que generan preocupación.

En un peligroso aumento de los acontecimientos en el campo occidental de Daraa, las fuerzas de ocupación israelí llevaron a cabo un intenso bombardeo contra la ciudad de Quoya, utilizando artillería pesada y drones, lo que resultó en la muerte de siete mártires y varios heridos, incluida una mujer, según fuentes médicas. Según el corresponsal de la agencia "SANA", el bombardeo siguió a un intento de incursión de una fuerza israelí en la ciudad, lo que llevó a un grupo de residentes a enfrentarse a ella, en un acto que refleja el rechazo popular a las continuas violaciones israelíes en territorio sirio. El ejército de ocupación respondió con violencia, utilizando proyectiles de artillería y aviones de reconocimiento para bombardear la zona de manera intensiva, lo que resultó en víctimas civiles. El bombardeo provocó un amplio desplazamiento de los habitantes de la ciudad hacia áreas vecinas, mientras los aviones de reconocimiento seguían sobrevolando la zona, lo que augura un posible aumento que empeoraría la situación humanitaria. Por su parte, el gobernador de Daraa, Anwar Taha Al-Zoubi, condenó la agresión israelí, responsabilizando a la ocupación por atacar a civiles inocentes, y afirmó que estas violaciones recurrentes requieren una acción internacional para detener las agresiones en territorio sirio. Además, el Ministerio de Relaciones Exteriores sirio emitió un comunicado contundente condenando la agresión israelí, considerando lo ocurrido en Quoya como un nuevo crimen que se suma al historial de violaciones de la ocupación. El ministerio exigió una investigación internacional para esclarecer los hechos del bombardeo y responsabilizar a los culpables, instando al pueblo sirio a aferrarse a su tierra y rechazar cualquier intento de imponer un nuevo orden por la fuerza. Este ataque se produce días después de los ataques aéreos realizados por la ocupación en los alrededores de la ciudad de Daraa, que resultaron en la muerte de tres civiles y varios heridos, reflejando la política de escalada que Israel está llevando a cabo en la región en medio de un sospechoso silencio internacional.