En medio del empeoramiento de la crisis de hambre en la Franja de Gaza, y con los palestinos haciendo fila en las cocinas benéficas para obtener alimentos en una escena desgarradora el 22 de julio, continúan los esfuerzos políticos para lograr un alto el fuego, en medio de disputas detalladas sobre el mapa de despliegue de las fuerzas israelíes, según reveló Bashar Bahbah, presidente del Comité de Árabes Estadounidenses.
Bahbah, quien desempeñó un papel en las negociaciones de Doha, afirmó que las negociaciones no han fracasado, sino que se han detenido temporalmente, señalando la posibilidad de reanudarlas la próxima semana.
Explicó que aún es posible llegar a un acuerdo, ya que Hamas muestra disposición para negociar, agregando que las disputas giran en torno a detalles precisos que no superan unas pocas decenas de metros en los mapas del despliegue israelí dentro del territorio.
También pidió a Hamas mostrar mayor flexibilidad al presentar una propuesta nueva y lógica públicamente.
En el mismo contexto, un alto líder de Hamas reveló a la cadena CNN estadounidense que hay dos puntos conflictivos que siguen obstaculizando el acuerdo: uno se refiere al intercambio de prisioneros y el otro al cronograma de retirada de las fuerzas israelíes.
Según el líder, el movimiento presentó dos propuestas antes de que los delegados estadounidenses e israelíes se retiraran de las negociaciones el jueves, después de acusaciones de "mala fe" dirigidas a Hamas.
Una de las propuestas del movimiento implica que Israel libere a 2200 palestinos a cambio de 10 prisioneros israelíes vivos, distribuidos entre 200 condenados a cadena perpetua y 2000 residentes de Gaza elegidos por Hamas.
En cuanto al intercambio de cadáveres, Hamas propone que Israel entregue los cuerpos de 10 palestinos a cambio de cada soldado israelí muerto, además de liberar a 50 prisioneros de Gaza arrestados después del ataque del 7 de octubre de 2023, junto con mujeres y niños menores de 18 años elegidos por el movimiento.
La segunda propuesta implica la retirada de las fuerzas israelíes a una distancia de 1000 metros de las áreas no pobladas en el noreste de Gaza, y 800 metros de las áreas pobladas.
En Rafah, al sur de Gaza, la retirada varía entre 700 y 1200 metros, según la zona.
El documento establece que la retirada será gradual a razón de 50 metros por semana desde el "Pasillo de Filadelfia", que es la franja fronteriza entre Rafah y Egipto, debiendo completarse en el día cincuenta.
Por otro lado, tras la retirada de su delegación, Israel anunció a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores que había aceptado el marco estadounidense para el alto el fuego y la liberación de prisioneros, pero acusó a Hamas de radicalizarse y retroceder en posturas anteriores.
A pesar de ello, Egipto y Qatar anunciaron seguir presionando a ambas partes para concluir el acuerdo, con ayuda estadounidense, pero el viernes por la noche, el presidente estadounidense Donald Trump declaró que "es hora de terminar la misión y deshacerse de Hamas", en una postura que alteró el panorama de la mediación política.