Estados Unidos ha comenzado un paso sorpresivo al reducir su presencia militar en el noreste de Siria, en un movimiento que algunos observadores consideran un cambio notable en su estrategia en la región.
Según un informe publicado por The New York Times, el ejército estadounidense comenzó el jueves a retirar cientos de sus soldados desplegados allí, preparándose para cerrar tres de sus ocho bases militares.
Según funcionarios estadounidenses citados por el periódico, la retirada llevará a reducir el número de tropas estadounidenses de alrededor de 2000 soldados a aproximadamente 1400, con una revisión programada en los próximos dos meses para considerar la posibilidad de una reducción adicional en el número de tropas.
Los líderes militares estadounidenses, que recomendaron este paso, han señalado la necesidad de fortalecer algunas bases y mantener una presencia militar de al menos 500 soldados, especialmente ante el aumento de las amenazas de seguridad.
Estas recomendaciones han sido aprobadas por el Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono) y el Comando Central de Estados Unidos, considerando las consideraciones de seguridad y operativas en el terreno.
Las fuerzas que permanecerán, que incluyen elementos de fuerzas especiales, continuarán apoyando a las "Fuerzas Democráticas Sirias" en las operaciones antiterroristas y en la gestión de campos de detención que retienen miembros de ISIS.
Según fuentes citadas por el periódico, el año pasado la organización llevó a cabo cientos de ataques, lo que indica un aumento de su actividad en comparación con 2023.
Es notable que esta retirada se produce apenas unos meses después de que Washington anunciara el aumento de sus fuerzas terrestres en Siria a finales del año pasado, en un intento de hacer frente a las amenazas de ISIS, junto con los ataques realizados por facciones respaldadas por Irán simultáneamente con la guerra en Gaza.
El periódico también informó que Estados Unidos ha comunicado a Israel su intención de retirar completamente sus fuerzas de Siria en dos meses, lo que plantea interrogantes sobre las implicaciones de esta decisión en los equilibrios de seguridad y políticos en la región.
Al mismo tiempo, se está implementando un nuevo acuerdo político en Siria, que ha llamado a las Fuerzas Democráticas Sirias a integrar sus instituciones civiles y militares en el estado sirio unificado para finales de este año, incluyendo el control de los campos de petróleo y gas.
Desde que asumió el nuevo liderazgo en Siria, encabezado por Ahmed al-Sharaa, en diciembre pasado, el gobierno ha estado tratando de unificar el complicado panorama de facciones en el país, pero la estabilidad sigue siendo esquiva, en medio de disturbios de seguridad persistentes.
Todos estos movimientos están dibujando un nuevo escenario para la presencia estadounidense en Siria, y plantean preguntas sobre si Washington está en camino de redefinir sus prioridades regionales.