En un incidente impactante que refleja el aumento de la violencia entre niños y adolescentes, y que destaca la falta de supervisión y concienciación comunitaria, un chico de 14 años murió estrangulado, en la madrugada de anoche, a manos de uno de sus amigos, tras una pelea que estalló debido a un popular juego electrónico.
Según fuentes locales en la ciudad de Qamishli, al norte de la provincia de Hasaka, el incidente ocurrió alrededor de las 12 de la medianoche en el barrio de Qudurbak, donde un grupo de niños estaba sentado en una de las aceras jugando al juego "PUBG" a través de sus teléfonos móviles.
La disputa virtual dentro del juego se convirtió en una pelea real y violenta, que terminó con uno de los chicos estrangulando a la víctima tras perder en el juego.
Las fuentes mencionaron que los padres del chico fallecido no estaban al tanto de los detalles de lo ocurrido, y descubrieron al día siguiente (a la una de la tarde) la muerte de su hijo, lo que los llevó a incendiar la casa de la familia del chico acusado de cometer el crimen, en un acto que refleja la magnitud de la conmoción y la ira popular.
Por otro lado, la información indica que las familias de los niños involucrados en el incidente abandonaron sus hogares y huyeron por miedo a la escalada y la venganza, en medio de una intensa tensión que prevalece en el barrio.
Este horrendo crimen vuelve a poner de relieve los peligros de los videojuegos en ausencia de supervisión familiar y comunitaria, especialmente en entornos que sufren de fragilidad en la estructura educativa y formativa.