En medio del continuo conflicto entre Rusia y Ucrania, una fuente rusa citada por la agencia "TASS" afirmó que la fecha de la próxima ronda de conversaciones de paz entre Moscú y Kiev aún no se ha fijado, señalando que las fechas se determinarán más adelante por acuerdo mutuo.
Esta declaración rusa se produjo después de que el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky anunciara que su país propuso a Rusia celebrar una nueva ronda de negociaciones la próxima semana, tras el estancamiento de las últimas conversaciones a principios de junio.
Zelensky dijo en su discurso vespertino que el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania, Rustam Amrov, ya propuso una reunión con el lado ruso la próxima semana, enfatizando la necesidad de impulsar el impulso de las negociaciones.
Zelensky también renovó su disposición a mantener un encuentro directo con el presidente ruso Vladimir Putin, considerando que una reunión a nivel de liderazgo es necesaria para lograr una paz real y duradera.
Se recuerda que conversaciones anteriores entre ambas partes se llevaron a cabo en Estambul durante los meses de mayo y junio, pero no lograron ningún avance significativo hacia un alto el fuego.
Estas rondas resultaron en acuerdos limitados que incluyeron intercambios de prisioneros y cuerpos de militares fallecidos.
En las conversaciones, Rusia presentó una serie de demandas que incluían concesiones adicionales de Ucrania en cuanto a territorios, además del rechazo a todo tipo de apoyo militar occidental a Kiev, algo que Ucrania rechazó firmemente considerando esas condiciones inaceptables, cuestionando la utilidad de continuar las negociaciones si Moscú no está dispuesto a hacer concesiones.
A principios de julio, el Kremlin expresó su disposición a continuar las conversaciones, luego de una advertencia del presidente estadounidense Donald Trump que dio a Moscú un plazo de 50 días para llegar a un acuerdo de paz, amenazando con imponer más sanciones en caso de fracaso de los esfuerzos.
Trump también se comprometió a proporcionar asistencia militar adicional a Ucrania con el apoyo de los aliados de la OTAN, en un momento en que las ciudades ucranianas están siendo objeto de crecientes ataques aéreos por parte de Rusia.