El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, instó a sus aliados a imponer nuevas sanciones a Rusia después de un intenso ataque de Moscú que continuó hasta altas horas de la noche, con unos 18 misiles y 400 drones lanzados en varias áreas de Ucrania, incluidas la capital Kyiv y las regiones de Chernihiv, Sumy, Poltava y Kharkiv.
Zelensky declaró en redes sociales: "Las sanciones deben imponerse con mayor rapidez, y la presión sobre Rusia debe ser lo suficientemente fuerte como para hacerla asumir las consecuencias de su terrorismo".
Por otro lado, Estados Unidos reanudó el suministro de armas a Ucrania, incluidos proyectiles de 155 mm y municiones guiadas para lanzacohetes, después de suspender temporalmente la transferencia de ayuda militar almacenada en Polonia.
Estos acontecimientos ocurren en medio de la continuación de la invasión rusa que cumple cuarenta meses, con el anuncio del ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Andriy Sebiha, de que Zelensky sostendrá reuniones con funcionarios estadounidenses en Roma durante una conferencia centrada en la reconstrucción de Ucrania a corto y largo plazo.
Sebiha señaló que "el enfoque principal estará en la política de sanciones y la adopción del próximo paquete de sanciones estadounidenses en un futuro cercano".
Al mismo tiempo, el presidente estadounidense, Donald Trump, reafirmó el continuo apoyo militar a Ucrania, asegurando también satisfacer las necesidades de armamento de Estados Unidos.
Estos acontecimientos reflejan la escalada de tensiones y la continuidad del conflicto que experimenta oleadas de escalada militar y diplomática.