Mientras continúa la tensión entre Moscú y Kiev, intercambiando acusaciones sobre el cumplimiento del alto el fuego de Pascua, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha hecho nuevas declaraciones pidiendo una clara respuesta de Rusia sobre la detención de los ataques a infraestructuras civiles.
Zelenski dijo que la propuesta de su país sigue en pie, instando a detener los ataques con cohetes y drones contra la infraestructura civil durante al menos treinta días, señalando la disposición de Kiev para dialogar sobre garantías de esta detención.
Por otro lado, parece que Moscú no está tomando en serio la propuesta. Según las declaraciones de Rodión Miroshník, embajador de asuntos especiales del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Kiev ignoró dos ceses al fuego anteriores; uno por treinta días y otro por treinta horas con motivo de Pascua, acusando a Ucrania de no cumplir con ningún acuerdo de cese al fuego.
El alto el fuego anunciado por el presidente ruso Vladímir Putin entró en vigor la noche del 19 de abril, y se supone que continuará hasta la medianoche del 21 de abril, hora de Moscú.
Sin embargo, la realidad en el terreno muestra un escenario diferente, con ambas partes intercambiando acusaciones de violar el alto el fuego.
Zelenski acusó a Rusia de intensificar sus ataques al día siguiente del anuncio del alto el fuego, mientras que Moscú afirmó que sus fuerzas repelieron intentos de ataque ucranianos durante la noche, desafiando abiertamente la decisión de Putin.
La historia de intentos de alto el fuego en esta guerra no ha sido alentadora, ya que durante la Pascua de abril de 2022, una iniciativa lanzada por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, fracasó después de ser rechazada por Rusia, argumentando que le daba a Kiev tiempo para reorganizarse.
En enero de 2023, la Iglesia Ortodoxa Rusa propuso un alto el fuego con motivo de la Navidad, y Moscú aceptó una tregua de 36 horas, pero Kiev la calificó como una "trampa", lo que llevó a la continuación de los enfrentamientos en ese momento.
Hoy, los intentos del lado ucraniano se renuevan para calmar la situación excluyendo a los civiles, en un momento en el que la confianza entre las partes parece ser nula, y la realidad sobre el terreno hace que cada iniciativa regrese al punto de partida.