Trump retira las fuerzas de Los Ángeles a pesar de la oposición de California

La administración del presidente estadounidense Donald Trump puso fin ayer martes 15 de julio al despliegue de 2000 soldados de la Guardia Nacional en la ciudad de Los Ángeles, después de más de un mes de haber sido enviados para proteger edificios federales y acompañar a agentes de inmigración durante las redadas de inmigrantes indocumentados, que desencadenaron una ola de protestas en la ciudad y sus alrededores.

El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono), Sean Barnell, explicó que la operación formaba parte de un plan de seguridad que comenzó a principios de junio e involucró en total a unos 4000 soldados de la Guardia Nacional y 700 de los Marines, sin aclarar el destino de los soldados restantes en la zona.

El despliegue militar se llevó a cabo a pesar de la oposición del gobernador de California, Gavin Newsom, quien presentó una demanda contra la decisión de la Casa Blanca, argumentando que Trump había excedido sus poderes.

Mientras un juez federal dictaminó que Trump actuó de manera ilegal, un tribunal de apelaciones suspendió temporalmente esta decisión, permitiendo que el despliegue continuara, y el caso sigue pendiente ante la justicia.

Newsom criticó fuertemente la decisión, afirmando que la Guardia Nacional "fue separada de sus familias y trabajos para convertirse en una herramienta política en manos del presidente", en referencia al uso de las fuerzas de seguridad en el contexto de la tensión política sobre la inmigración y las próximas elecciones.

Este desarrollo se produce en un momento en el que aumentan las tensiones internas en varios estados de EE. UU. en relación con las políticas de inmigración y el despliegue de fuerzas federales en asuntos locales, lo que genera una división política aguda entre el gobierno federal y los estados opositores.