En un movimiento que ha generado controversia en círculos políticos estadounidenses, el presidente estadounidense Donald Trump decidió excluir a la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, de la toma de decisiones, debido a una declaración considerada "engañosa" sobre el programa nuclear iraní.
Según informes de medios estadounidenses, la decisión se tomó después de que Gabbard testificara ante el Congreso en marzo pasado, afirmando que los informes de inteligencia no indicaban evidencia de que Irán estuviera desarrollando armas nucleares.
Estas declaraciones entraron en conflicto con la convicción de Trump, quien cree que Teherán podría estar a solo semanas de poseer una bomba nuclear.
Fuentes informadas citadas por el Washington Post confirmaron que el presidente decidió excluir a Gabbard, junto con el Secretario de Defensa, Mark Esper, de las discusiones sensibles relacionadas con Irán e Israel, prefiriendo depender de un selecto grupo de asesores y ministros que considera más alineados con su visión en esta etapa.
Esta exclusión coincide con la inclinación de Trump hacia tomar una decisión crucial en dos semanas sobre la participación de Estados Unidos en los ataques militares israelíes contra objetivos iraníes.
El equipo de Gabbard intentó mitigar la tensión emitiendo una declaración anterior en la que señalaba que Gabbard y Trump estaban de acuerdo en su evaluación del programa nuclear iraní, sin embargo, sus declaraciones públicas ante el Congreso fueron consideradas por el presidente como "evaluaciones inexactas", lo que afectó la confianza de la Casa Blanca en ella.
Estos acontecimientos ocurren en medio de un creciente escalonamiento regional, donde Irán sigue siendo un eje de políticas de seguridad estadounidenses precisas, en medio de crecientes especulaciones sobre posibles ataques y negociaciones secretas sobre el futuro del liderazgo iraní, según revelan informes dispersos.