Estados Unidos requiere apertura de cuentas de redes sociales para aceptar visas de estudiantes

El Departamento de Estado de EE. UU. ha anunciado la reanudación de la aceptación de solicitudes de visas de estudiantes extranjeros después de suspenderlas temporalmente, exigiendo que los solicitantes tengan cuentas activas en plataformas de redes sociales con configuraciones "públicas" que permitan a los funcionarios consulares revisarlas por completo. Según el comunicado, los estudiantes que se nieguen a cambiar sus cuentas a "públicas" podrían enfrentar el rechazo de sus solicitudes, según informó la agencia "Associated Press".
El Departamento ha afirmado que los funcionarios examinarán las publicaciones y mensajes de los solicitantes en busca de cualquier contenido considerado hostil hacia los Estados Unidos, su gobierno, su cultura o sus instituciones. También señaló que mantener las cuentas privadas podría interpretarse como un intento de ocultar actividades no deseadas o de evadir los nuevos requisitos.
Según el comunicado, se levantó la suspensión de procesamiento de visas de estudiantes emitida el pasado mayo, pero la administración mantuvo un estricto proceso de revisión de cuentas digitales. Renovó su advertencia de que el incumplimiento de las normas podría resultar en la exclusión de la solicitud.
Esta medida sigue a la decisión de la administración Trump el mes pasado de suspender las entrevistas de visas nuevas para estudiantes extranjeros como parte de una mayor vigilancia de sus actividades en línea. Los estudiantes internacionales, especialmente con el inicio del año académico, estaban esperando la reapertura de los consulados para finalizar los trámites de viaje y residencia.
Las visas de estudiantes han sido objeto de amplio debate durante la era Trump, donde se cancelaron miles de visas y la administración amenazó con prohibir a universidades prestigiosas como Harvard recibir estudiantes internacionales. En un hecho sin precedentes, el Secretario de Estado, Marco Rubio, canceló visas de un grupo de estudiantes que protestaron contra el ataque israelí en Gaza, basándose en una ley que permite la deportación de aquellos considerados opositores a la política exterior estadounidense.