Elementos de los Marines de los Estados Unidos comenzaron a aparecer en varios lugares de la ciudad de Los Ángeles el viernes 13 de junio, asumiendo la tarea de custodiar un destacado edificio federal, en una medida que siguió a protestas desatadas la semana pasada por redadas relacionadas con el tema de la inmigración.
La presencia de los Marines se debió a órdenes emitidas por el presidente estadounidense Donald Trump, según lo explicado por el Mayor General Scott Sherman, comandante de la "Fuerza de Tarea 51", que supervisa a 4700 soldados desplegados. Los Marines completaron su entrenamiento sobre cómo lidiar con disturbios civiles y comenzaron sus operaciones reales después de reemplazar a los soldados de la Guardia Nacional en tareas de custodia.
Esta estrategia tiene como objetivo asignar a la Guardia Nacional para enfocarse en proteger a las fuerzas del orden durante redadas de seguridad.
El número de Marines desplegados en las ubicaciones de las protestas actualmente oscila entre 200 y 700 soldados.
Se observó a dos Marines en la entrada del edificio federal "Wilshire" de 17 pisos, que alberga oficinas federales importantes como la Oficina de Asuntos de Veteranos y el FBI.
Los soldados llevaban uniformes de combate y rifles, junto con miembros de la Guardia Nacional que revisaban identificaciones en las entradas de los estacionamientos.
También se vio a Marines y Guardia Nacional cargando cajas en un camión militar, confirmando la continuación de operaciones militares y de seguridad en la ciudad.
Este desarrollo sigue a una decisión de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de congelar temporalmente una orden de un juez federal que había ordenado devolver el control de la Guardia Nacional al estado de California, después de que el juez anterior considerara que el despliegue de la Guardia Nacional era ilegal, ya que "violaba la Décima Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos y excedía las autoridades legales otorgadas al presidente".
Este paso refleja el aumento de las tensiones de seguridad en Los Ángeles debido a las protestas relacionadas con las políticas de inmigración, y muestra la acción de la administración estadounidense para reforzar la seguridad interna mediante el despliegue de los Marines para apoyar las tareas de la Guardia Nacional y hacer cumplir la ley.