El presidente estadounidense Donald Trump defendió la respuesta de su administración a las inundaciones recientes en el estado de Texas durante su visita ayer viernes al estado, donde inspeccionó los daños y se reunió con familias de las víctimas en la ciudad de Kerrville.
La visita de Trump llega en un momento en que la respuesta federal a las inundaciones está siendo cuestionada y criticada, especialmente después de llamados anteriores que hizo para desmantelar la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), según un informe publicado por el sitio web estadounidense "Axios".
En una conferencia de prensa durante la visita, acompañado por varios líderes del Partido Republicano de Texas, Trump afirmó que su administración "está haciendo todo lo posible para ayudar a Texas", señalando que la solicitud de ayuda de emergencia presentada por el estado al gobierno federal fue aprobada "en aproximadamente dos minutos".
También explicó que el gobierno federal desplegó más de 400 elementos en el estado para ayudar en los esfuerzos de rescate, lo que resultó en la realización de más de 1500 operaciones de rescate hasta el momento de la declaración.
Por otro lado, el gobernador de Texas, Greg Abbott, y varios funcionarios locales continúan elogiando la respuesta del presidente estadounidense, ya que Trump fue recibido con entusiasmo durante su visita a las áreas afectadas.
A pesar de esto, la respuesta federal sigue siendo objeto de escrutinio, ya que la cadena CNN informó que los equipos de búsqueda y rescate de FEMA no se desplegaron en Texas hasta más de 72 horas después de las inundaciones.
Cabe destacar que durante la visita, Trump declaró que Estados Unidos está en proceso de vender armas a sus aliados en la OTAN con el fin de entregárselas a Ucrania, en un contexto coincidente con los desarrollos internacionales en la guerra ruso-ucraniana.
Las preocupaciones han aumentado después de informes de medios, incluido CBS News, que indican que el número de víctimas debido a las inundaciones ha alcanzado al menos 121 personas, además de más de 170 personas desaparecidas una semana después del desastre.
El viernes mismo, Trump aprobó la solicitud del gobernador Abbott para recibir asistencia federal destinada a desastres, que cubrirá varios aspectos, incluida la provisión de viviendas temporales para los afectados y la reparación de viviendas dañadas.
Trump había declarado el estado de "gran desastre" en el país el domingo, solo dos días después de las inundaciones que golpearon el estado el 4 de julio.
Al final de su visita, Trump no respondió a las preguntas de los periodistas sobre la responsabilidad del gobierno en la magnitud de los daños o las razones por las cuales no se advirtió adecuadamente a los residentes antes de las inundaciones, pero afirmó que su administración "está tomando medidas históricas para garantizar que no se repita este tipo de pesadilla".