Los náufragos del equipo del barco de carga griego "Eternity Sea", que fue atacado por los hutíes el 8 de julio pasado y se hundió frente a las costas de Yemen en el Mar Rojo, llegaron a territorio saudita, en un paso que confirma el compromiso del reino con la protección de los derechos humanos a nivel local e internacional.
A bordo del barco había alrededor de 25 personas, mientras que la misión europea "Aspidos" informó a la Agencia de Noticias Francesa que alrededor de 15 miembros de la tripulación siguen desaparecidos, y se cree que cuatro de ellos perdieron la vida debido al ataque.
La recepción de Arabia Saudita a estos sobrevivientes forma parte de sus continuos esfuerzos por mantener la seguridad y estabilidad en la región del Mar Rojo, la cual es un paso marítimo vital para la navegación internacional y goza de un gran interés internacional debido a su importancia económica y de seguridad.
Se recuerda que los hutíes atacaron el barco "Eternity Sea", que enarbola la bandera de Liberia, frente a la ciudad yemení de Al Hudaydah, y el ataque duró dos días antes de que el barco se hundiera, siendo este el segundo ataque de este tipo a buques de carga en el Mar Rojo en pocos días, lo que ha vuelto a aumentar las tensiones en la región y ha suscitado una notable preocupación internacional.
El enviado de la ONU a Yemen, Hans Grundberg, expresó su profunda preocupación por estos acontecimientos, señalando que el ataque ha causado muertes y heridas, y que varios miembros de la tripulación siguen desaparecidos.
Por su parte, el ministro de Información yemení, Maamar al-Iryani, describió el ataque como un "mensaje cuidadosamente elaborado" destinado a socavar la seguridad regional y la economía mundial, haciendo hincapié en la necesidad de una firme respuesta internacional que esté a la altura de la amenaza hutí en el Mar Rojo.
Estos eventos tienen lugar en medio de los continuos esfuerzos internacionales para contener la escalada en la región, con Arabia Saudita reafirmando la importancia de la libertad de navegación y la seguridad de las rutas marítimas en el Mar Rojo como uno de los pilares fundamentales de su política exterior.