El sur de Siria está pagando el precio de una guerra en la que no tiene ni una sola camella ni un solo camello.

Las miradas del mundo se dirigen hacia Oriente Medio, tras el estallido de la guerra que muchos pensaron que su momento no había llegado, pero ha llegado y no parece que vaya a terminar bien.
Los cielos de la región se han llenado de misiles que atraviesan países y llueven sobre cada uno de los países en conflicto, los ciudadanos de países vecinos como Jordania, Egipto y Siria pasaron la noche viendo esas bandadas de misiles y lanzadores que no quisieron cruzar el territorio sirio en paz.
En las últimas veinticuatro horas, las fuerzas israelíes derribaron más de cinco aviones no tripulados iraníes en los cielos de las provincias de Daraa y Quneitra, aumentando los temores entre los civiles sobre las repercusiones de esta escalada en la situación sobre el terreno y la humanitaria.
La aviación de combate israelí interceptó un avión no tripulado iraní sobre la ciudad de Jbaila en el oeste de Daraa, lo que provocó la caída de esquirlas cerca de las casas de los civiles, rompiendo ventanas y puertas de las viviendas.
El campo de Quneitra no se libró del mal de la guerra y sus fuegos, ya que las defensas israelíes también derribaron un avión no tripulado iraní sobre el barrio noroeste de la ciudad de Rafid, lo que provocó un incendio masivo en los cultivos como resultado del ataque directo con un misil lanzado desde los alrededores de Tel al-Ahmar al oeste, a unos dos kilómetros de la frontera con los Altos del Golán sirios.