En un nuevo paso para fortalecer las capacidades defensivas de Ucrania, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski anunció ayer jueves 3 de julio la firma de un acuerdo con la empresa estadounidense "Swift Bead" para producir cientos de miles de drones durante el año en curso.
Durante su visita a Dinamarca, Zelenski explicó a través de sus redes sociales que los drones suministrados serán de uso variado, incluyendo "drones de intercepción para destruir drones enemigos y sus misiles, drones de cuatro hélices para reconocimiento y modificación de disparos, además de drones de ataque de largo alcance".
Al concluir su discurso, afirmó que "más de estas capacidades estarán disponibles pronto".
Este anuncio se produce en un momento en el que la relación entre Estados Unidos y Ucrania ha experimentado fluctuaciones en el apoyo militar, ya que el Pentágono reveló el miércoles cambios en la política de envío de armas a Ucrania.
El portavoz del Pentágono, Sean Barnell, declaró que la administración del expresidente Joe Biden solía enviar armas y municiones a Ucrania en grandes cantidades "sin siquiera considerar el inventario disponible", enfatizando que esto cambió con la llegada del actual presidente Donald Trump, quien se centró en proteger los intereses de Estados Unidos en primer lugar.
Barnell añadió que el Departamento de Defensa de Estados Unidos está llevando a cabo una revisión minuciosa del inventario militar disponible, señalando que parte de este trabajo implica presentar informes al presidente para evaluar la cantidad de municiones disponibles y los lugares a los que se pueden enviar.
El martes, el periódico "Politico" informó, citando fuentes informadas, que el Pentágono había detenido algunos envíos de misiles antiaéreos y municiones precisas a Ucrania debido a preocupaciones sobre la disminución del inventario estadounidense.
Según la Agencia France-Presse, la Casa Blanca confirmó la suspensión de ciertos envíos de armas, incluidos misiles antiaéreos, en una medida que se explicó como destinada a colocar los intereses de Estados Unidos en primer lugar.
La subportavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, señaló que "esta decisión se tomó después de una revisión exhaustiva del Departamento de Defensa sobre la asistencia militar que Estados Unidos proporciona a otros países en todo el mundo", aunque afirmó que "la fuerza del ejército estadounidense sigue siendo indiscutible".