El Ministerio de Relaciones Exteriores de Palestina advierte: llamamientos peligrosos para explotar la Mezquita de Al-Aqsa y construir el Templo.

April 19, 2025215 VisitasTiempo de lectura: 2 minutos
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Palestina advierte: llamamientos peligrosos para explotar la Mezquita de Al-Aqsa y construir el Templo.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de los Expatriados Palestino advirtió hoy, sábado 19 de abril, sobre la peligrosidad de las llamadas circulando en plataformas vinculadas a organizaciones de asentamientos, que instan a la explosión de la Mezquita Al-Aqsa y la construcción del llamado "Templo" en su lugar.

En un comunicado publicado por la Agencia de Noticias e Información Palestina (WAFA), el ministerio señaló que estas llamadas representan una incitación sistemática para intensificar los ataques contra los lugares sagrados islámicos y cristianos en Jerusalén ocupada, especialmente ante la persistencia del gobierno israelí de derecha en la implementación de sus planes de judaización y expansión, impulsado por la débil respuesta internacional a sus crímenes en Gaza y sus violaciones sistemáticas.

El ministerio instó a la comunidad internacional y a las instituciones internacionales a tomar medidas urgentes para enfrentar esta incitación peligrosa, y a emprender las acciones legales necesarias para obligar a Israel a respetar el derecho internacional, detener su opresión al pueblo palestino, y cumplir con la voluntad de paz y las decisiones legítimas internacionales, incluido el cese de la guerra y el genocidio.

En un contexto relacionado, las autoridades israelíes impidieron hoy al Primer Ministro Palestino, Mohammad Shtayyeh, visitar varias aldeas y pueblos en las gobernaciones de Nablus y Ramallah en Cisjordania.

La Autoridad de Resistencia al Muro y los Asentamientos, a través de una publicación en su página oficial de Facebook, informó que las fuerzas de ocupación impidieron al Primer Ministro visitar las aldeas de Duma y Qusra en Nablus, y Barqa y Deir Dibwan en Ramallah, sin previo aviso, destacando que esta medida forma parte de una política racista sistemática destinada a socavar la confianza de los ciudadanos en el gobierno palestino.

La Autoridad reiteró que estas prácticas representan una continuación de las violaciones israelíes que buscan aislar las comunidades palestinas y imponer una política de hechos consumados.

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