Las fronteras entre India y Pakistán están experimentando una escalada rápida y aterradora que amenaza con desembocar en una explosión total entre dos potencias nucleares, con intercambios violentos de bombardeos y ataques aéreos, y un aumento brusco en la intensidad de las declaraciones políticas y militares de ambas partes.
En las primeras horas del día, India lanzó un ataque aéreo sorpresa contra nueve sitios dentro del territorio pakistaní, alegando que contenían infraestructuras de organizaciones "terroristas" responsables de un ataque previo que dejó 26 muertos en la parte india de Cachemira, asegurando que la operación fue precisa, calculada y no escalatoria en su naturaleza.
Por su parte, Islamabad respondió con ataques aéreos en profundidad en territorio indio, apuntando a la base aérea de Srinagar y otros sitios militares, en lo que describió como una respuesta legítima a un "ataque traicionero", afirmando haber derribado dos aviones indios de tipo "Rafale" y otro helicóptero.
Fuentes militares pakistaníes enfatizaron que todas las opciones están sobre la mesa, incluido el uso de armas nucleares, si la protección de la seguridad nacional lo requiere.
En medio de esta tensión, Pakistán anunció el cierre completo de su espacio aéreo durante 48 horas y desvió los vuelos al aeropuerto de Karachi, mientras la oscuridad envolvía la ciudad de Muzaffarabad en Cachemira pakistaní tras una serie de explosiones violentas descritas por Reuters como las más intensas en años.
El Ministerio de Defensa de Pakistán confirmó la muerte de al menos tres civiles, incluido un niño, como resultado de los bombardeos indios, acusando a Nueva Delhi de atacar áreas civiles, incluidas dos mezquitas y una escuela religiosa en Bhawalpur.
El gobierno indio, por su parte, insistió en que su ataque no apuntó a ninguna instalación civil o militar pakistaní, sino a sitios utilizados para planificar ataques en su territorio.
El ejército indio, a través de la plataforma "X", afirmó que "la justicia se ha cumplido", mientras Pakistán calificó esto como una "falsa afirmación para justificar una agresión flagrante".
Los enfrentamientos se extendieron a tres puntos fronterizos en Cachemira, con intercambios de fuego de artillería y una intensa actividad aérea militar, en medio de crecientes temores de que la situación pueda deslizarse hacia un enfrentamiento total.
La policía india informó de al menos dos mujeres heridas en los bombardeos pakistaníes, mientras Pakistán declaró el estado de emergencia en la provincia de Punjab, adyacente a la frontera.
En medio de esta escalada, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, llamó a "la máxima moderación", expresando una profunda preocupación por las acciones militares a lo largo de la línea de control.
Washington, a través del presidente Donald Trump, expresó su "profundo pesar" por los acontecimientos, instando a un cese inmediato de las hostilidades y confirmando que está siguiendo de cerca la situación.
Esta es la escalada más peligrosa entre las dos potencias nucleares vecinas en años, y llega después de tensiones continuas desde finales de abril, lo que augura una transformación del conflicto tradicional en torno a Cachemira en un conflicto regional más amplio, en caso de que los esfuerzos internacionales no logren contener la crisis.