El Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció que Estados Unidos ha comenzado a tomar medidas adicionales para apoyar a Siria en su estabilidad, unidad y paz con ella misma y sus vecinos, después de que el presidente estadounidense Donald Trump firmara una orden ejecutiva para levantar las sanciones estadounidenses impuestas a Siria.
Rubio dijo en una publicación en la plataforma "X" esta mañana del martes que "las sanciones estadounidenses ya no serán un obstáculo para el futuro de Siria", agregando: "Queremos brindar al pueblo sirio una verdadera oportunidad para levantarse y construir un futuro próspero lejos del conflicto y el extremismo".
La decisión firmada por Trump el lunes pone fin al marco legal de las sanciones que originalmente tenían como objetivo castigar al régimen de Bashar al-Assad, pero que luego se convirtieron en un obstáculo para la recuperación del país después de la guerra.
Este cambio es la culminación del anuncio de Trump el 13 de mayo pasado sobre su intención de levantar todas las sanciones, y su confirmación posterior durante su reunión con el presidente sirio Ahmad al-Shar'a.
Por su parte, el enviado especial de Estados Unidos a Siria, Thomas Barak, describió la decisión como una "oportunidad integral para reactivar la economía siria", asegurando que el presidente y el Secretario de Estado "no buscan construir un estado", sino que están brindando a los sirios "una verdadera oportunidad" para reconstruir su país.
La orden ejecutiva entra en vigencia a partir del martes e incluye la revocación de la declaración de emergencia nacional sobre Siria emitida en 2004, además de la revocación de otras cinco órdenes ejecutivas que constituían la base legal del programa de sanciones.
La decisión también instruye a las agencias estadounidenses pertinentes a tomar medidas relacionadas con exenciones, controles de exportación y otras restricciones regulatorias relacionadas con Siria.
Según lo informado por el sitio "Al Monitor", esta decisión representa un cambio significativo en la política estadounidense hacia Damasco, allanando el camino para una mayor participación internacional en la reconstrucción de Siria y la revitalización de su economía después de más de una década de guerra y conflicto.