Fuentes políticas israelíes confirmaron al periódico "Yedioth Ahronoth" que Israel está dispuesto a aceptar un alto el fuego con Irán si el líder iraní Jamenei está de acuerdo, señalando que la decisión de continuar o finalizar el enfrentamiento está en manos de Jamenei.
Funcionarios israelíes afirmaron ayer domingo que Israel no busca prolongar el conflicto, explicando que si Jamenei decide detener el fuego y poner fin a la escalada, Tel Aviv aceptará inmediatamente.
En cuanto a la posibilidad de llegar a un nuevo acuerdo nuclear, las fuentes israelíes descartaron esta posibilidad en el momento actual, confirmando que las posibilidades de que Irán participe en negociaciones nucleares son muy escasas, e incluso nulas.
Las fuentes subrayaron que existen entendimientos israelíes-estadounidenses sobre los próximos pasos después de los ataques a las instalaciones iraníes, pero los detalles están vinculados a la reacción de Teherán.
Y explicaron que cada escenario tiene sus cálculos, ya sea la respuesta de Irán a una base estadounidense o su objetivo solo a Israel.
Las fuentes continuaron diciendo que Estados Unidos prefiere que Irán se dirija hacia las negociaciones, mientras Tel Aviv espera la respuesta de Jamenei, y si elegirá las negociaciones o la rendición.
Israel espera resolver la crisis durante esta semana sin una campaña a largo plazo.
En cuanto al alcance de los daños sufridos por el programa nuclear iraní después de los ataques, las fuentes indicaron que las estimaciones sugieren la destrucción del 80-90% del material enriquecido, y que el ataque ha retrasado el programa nuclear iraní por más de diez años.
Afirmaron que el objetivo estratégico de Israel era deshabilitar las capacidades nucleares de Teherán y no derrocar el régimen iraní, considerando que debilitar el régimen podría ser un resultado secundario y no el objetivo principal.
Al mismo tiempo, la evaluación israelí reveló que más de la mitad de las plataformas de lanzamiento de misiles iraníes han sido destruidas, quedando alrededor de 200 plataformas y 1500 misiles en posesión de Irán.
Las fuentes advirtieron sobre posibles respuestas externas iraníes, citando amenazas recurrentes que podrían apuntar a objetivos israelíes y judíos, lo que llevó a Tel Aviv a elevar el nivel de alerta para frustrar cualquier plan temprano.