El Ministro del Interior iraquí, el general Abdul Amir al-Shammari, prometió hoy domingo una respuesta fuerte y decidida contra cualquiera que amenace la seguridad de Irak o intente menoscabar la dignidad del estado y sus instituciones, afirmando que el ministerio enfrentará con toda fuerza y determinación cualquier intento de desestabilización.
Al-Shammari dijo en un comunicado oficial transmitido por la Agencia de Noticias Iraquí (INA): "Quien levante un arma contra el estado o agreda a sus hombres enfrentará medidas severas, y golpearemos con mano de hierro a quien intente alterar la seguridad de Irak y la dignidad de sus instituciones", enfatizando que el Ministerio del Interior asume plenamente sus responsabilidades en enfrentar estos desafíos.
Las declaraciones de al-Shammari llegaron tras los trágicos eventos que ocurrieron en la capital, Bagdad, la noche del sábado, donde cuatro elementos de la policía federal fueron asesinados, incluidos dos oficiales, y otros nueve resultaron heridos durante una intervención de seguridad para disolver un conflicto tribal armado en la zona de "al-Saadah" al este de Bagdad, cerca de una planta de gas en el lado de Al-Rusafa de la ciudad.
El comunicado explicó que las fuerzas de seguridad fueron objeto de un ataque armado directo por parte de los causantes del conflicto, lo que resultó en la caída de las víctimas, mientras que las fuerzas respondieron al origen del fuego, lo que resultó en la muerte de dos de los atacantes y la lesión de cinco más, además de la detención de seis involucrados en el enfrentamiento.
Al-Shammari lamentó a las víctimas de la policía, afirmando que "su sangre no será derramada en vano", añadiendo:
"Hemos ordenado continuar con las operaciones de seguridad hasta que todos los involucrados en este ataque sean arrestados para que reciban su justo castigo y se les aplique la justicia".
El ministro también señaló que "el terrorismo, las drogas y los conflictos tribales representan hoy una amenaza grave para la paz social, y son métodos criminales abominables que no son menos peligrosos entre sí", afirmando que la guerra contra estos fenómenos continúa, y no hay lugar para la negociación o la complacencia, ya que "la ley permanecerá por encima de todos".
Cabe mencionar que la zona de al-Saadah, donde ocurrió el conflicto, se considera una de las áreas tensas en el este de Bagdad, y de vez en cuando experimenta conflictos tribales que a veces se convierten en enfrentamientos armados que inquietan a las fuerzas de seguridad y afectan la estabilidad de la capital.