Los entresijos de la relación entre el Príncipe Carlos y la Princesa Diana siguen saliendo a la luz a pesar de los años transcurridos desde su separación y su trágica muerte en un accidente automovilístico que sacudió al mundo.
Nuevos secretos han salido a la luz a través del libro "Sí, Señora: La Vida Secreta de los Sirvientes Reales" del escritor Tom Quinn, que se publicará el próximo mes, revelando detalles desconocidos de la vida de la pareja, explicando que su matrimonio comenzó a deteriorarse desde los primeros días.
La Princesa Diana no se sentía cómoda con la vida en el Palacio de Balmoral en Escocia, donde se aburría de las tradiciones rurales que eran parte fundamental de la vida de la familia real.
A pesar de haber crecido en un entorno aficionado a la caza, no le gustaban los deportes rurales, lo que fue un shock para el Príncipe Carlos, quien era un apasionado de la caza de zorros.
Según la tradición real, al cazador se le exigía manchar su cuerpo con la sangre del primer zorro o ciervo que cazara, algo que Diana no aceptaba, lo que llevó a una tensión temprana entre ellos.
La tensión entre la pareja no se detuvo ahí, sino que se intensificó debido a las claras diferencias en sus personalidades.
Carlos encontraba placer en la lectura, la pintura y escribir cartas, mientras que Diana prefería la interacción social y las conversaciones animadas.
En una ocasión, mientras Carlos dibujaba en el balcón del palacio, regresó para encontrar que Diana había destruido su cuadro y todas sus herramientas en protesta por su falta de atención hacia ella, un comportamiento que reflejaba la gran brecha emocional entre ellos.
El libro destaca otros aspectos de la personalidad del Príncipe Carlos, describiéndolo como alguien de rápido enojo si sus peticiones no se cumplían con precisión, perdiendo los estribos por detalles mínimos, como no recibir "la taza de té perfecta" o colocar la pasta de dientes de una manera que no le gustaba. Sin embargo, se arrepentía rápidamente después de los arrebatos de ira.
A pesar de que Carlos y Diana trataban a sus empleados con amabilidad, siempre existía una distancia formal entre ellos y el personal.
La relación entre Carlos y Diana no fue ideal desde el principio, estuvo llena de conflictos y diferencias. En 2018, un libro del escritor Robert Jobson reveló que el Príncipe Carlos tenía dudas sobre su matrimonio con Diana, expresando su frustración durante el compromiso en 1981, insinuando que quería retractarse del matrimonio, pero sintió que no podía hacerlo debido a las presiones reales, lo que los llevó a entrar en una relación marcada por la tensión desde sus primeros momentos.