Las autoridades japonesas llevaron a cabo hoy viernes la ejecución por ahorcamiento de Takahiro Shiraishi, conocido como el "Asesino de Twitter", en la primera aplicación de la pena de muerte en el país desde 2022, en un paso que ha generado gran interés tanto dentro como fuera de Japón.
Shiraishi, quien cometió uno de los crímenes más atroces en la historia reciente de Japón, fue condenado por el asesinato y desmembramiento de nueve personas _ocho mujeres y un hombre_ a quienes contactó a través de Twitter en 2017.
Atrajo a sus víctimas con publicaciones relacionadas con ideas suicidas, ofreciéndoles su "ayuda" para llevarlas a cabo, convirtiéndolos en víctimas de su plan sangriento.
Los hechos del crimen tuvieron lugar en la ciudad de Zama, en la prefectura de Kanagawa, cerca de Tokio, donde Shiraishi guardaba los cuerpos de sus víctimas en cajas frigoríficas en su apartamento.
Las investigaciones revelaron que estranguló a las mujeres después de agredirlas sexualmente, y también mató al amigo de una de las víctimas cuando sospechó de sus intenciones.
El ministro de Justicia japonés, Katsuyuki Kawai, declaró oficialmente que la decisión de llevar a cabo la sentencia se tomó después de una "consideración cuidadosa", considerando que el "motivo extremadamente egoísta" del crimen y el "impacto conmocionante y preocupante" en la sociedad justificaban la imposición de las penas más severas.
La ejecución se llevó a cabo en total secreto en la prisión de Tokio y solo se anunció una vez completada.
Este paso se produce en un momento en el que aumentan las llamadas dentro de Japón para abolir la pena de muerte, especialmente después de la absolución de Iwao Hakamada, quien pasó muchos años como el recluso con la espera más larga de la ejecución en el mundo antes de que se retiraran los cargos en su contra el año pasado.
Cabe destacar que Japón tiene una tasa baja de criminalidad en comparación con otros países, sin embargo, algunos crímenes atroces, como el caso del "Asesino de Twitter", dejan una profunda impresión en la opinión pública.
Por otro lado, la tasa de suicidios en el país sigue estando entre las más altas a nivel mundial y ha vuelto a aumentar recientemente después de una ligera disminución, como resultado de las repercusiones psicológicas y económicas de la pandemia de COVID-19.