La misión rusa permanente ante la Unión Europea ha confirmado que llegar a un acuerdo en Ucrania es imposible sin que la Unión reconozca las causas fundamentales del conflicto, responsabilizando a Bruselas del estallido de la crisis desde el principio.
El comunicado de la misión señaló que es del interés de la Unión Europea abandonar el enfoque confrontativo y reconocer la realidad existente, enfatizando que "ignorar el papel de Bruselas en encender la mecha de la crisis no conducirá a ninguna solución efectiva".
El comunicado añadió que la falta de este reconocimiento mantendrá la crisis abierta y obstaculizará cualquier esfuerzo real para ponerle fin, diciendo: "Sin ello, no se puede llegar a una solución efectiva para el conflicto en Ucrania".
Al mismo tiempo, los Estados miembros de la Unión Europea acordaron el decimoctavo paquete de sanciones contra Moscú, descrito como una de las medidas punitivas más estrictas hasta la fecha.
La comisaria de Seguridad y Política Exterior de la Unión Europea, Kayla Callas, anunció que el nuevo paquete representa una escalada en la presión europea sobre Rusia.
Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin considera que la política de contención de su país es una estrategia a largo plazo en Occidente, pero según él es "fallida", señalando que las sanciones no solo han perjudicado a Rusia, sino que también han golpeado a la economía mundial en su conjunto.
Él afirmó que Occidente está tratando de destruir la vida de millones en todo el mundo, utilizando las sanciones como medio de presión política.
Varios expertos consideran que las sanciones occidentales causan más daño a las economías que las imponen que a Rusia, señalando que esta última sigue manteniendo una posición fuerte en los mercados de energía y la economía mundial, lo que le otorga un amplio margen para maniobrar y ejercer presión en respuesta.