Las autoridades iraníes han acusado a los franceses Cécile Coulon y Jacques Barry, detenidos en Teherán desde hace más de tres años, de graves cargos que incluyen espionaje para el Mossad, conspiración para derrocar el régimen y corrupción en la tierra, según fuentes diplomáticas occidentales y la hermana de Coulon.
Francia ha negado estas acusaciones en su totalidad, afirmando la inocencia de los detenidos y solicitando a las autoridades iraníes que les permitan consultar con abogados independientes.
La hermana de Coulon ha confirmado que su hermana y su compañero comparecieron ante un juez y se les informó de estos cargos, que podrían resultar en la pena de muerte en caso de condena.
Por su parte, Francia ha renovado su demanda de liberación inmediata e incondicional de ambos, en medio de preocupaciones internacionales sobre el uso de su caso en el contexto de tensiones políticas.
Las acusaciones iraníes llegan en medio de un aumento de la tensión entre Teherán y Occidente, donde una fuente diplomática occidental afirma que estas acusaciones "carecen de fundamento", mientras que el lado francés continúa presionando a las autoridades iraníes para liberar a los detenidos y respetar sus derechos legales.