El Ministerio del Interior libio encontró 58 cuerpos sin identificar en la morgue del hospital de accidentes en la zona de Abu Salim en la capital Trípoli, una instalación médica que estaba bajo el control de un grupo armado cuyo líder, Abdul Ghani Al-Kikli, conocido como "Ghniwa", fue asesinado la semana pasada.
El ministerio explicó que recibió un informe del hospital sobre la presencia de los cuerpos en las neveras de la morgue, señalando que las autoridades iniciaron de inmediato las investigaciones y tomaron las medidas legales necesarias para documentar la identidad de las víctimas.
Hasta ahora se han examinado 23 cuerpos, se han tomado muestras y se han documentado los datos.
Las fotos publicadas de los cuerpos mostraron números identificativos en ellos, con los rostros ocultos, y se reveló que algunos cuerpos estaban quemados y otros en avanzado estado de descomposición, lo que refleja la gravedad del incidente y la complejidad de sus circunstancias.
La zona de Abu Salim era la sede de la Fuerza de Apoyo a la Estabilidad, liderada por Al-Kikli, cuya muerte llevó a la disolución repentina de la fuerza, tras intensos enfrentamientos con facciones leales al Gobierno de Unidad Nacional encabezado por Abdul Hamid Dbeibah, que resultaron en la muerte de al menos 8 civiles, según informes de las Naciones Unidas.
Tras la muerte de Al-Kikli, Dbeibah ordenó la disolución de los grupos armados, lo que desencadenó la ola de enfrentamientos más violenta que ha experimentado Trípoli en años, reflejando la fragilidad de la situación de seguridad en la capital a pesar del actual alto el fuego.
Los 58 cuerpos encontrados son el segundo grupo de cuerpos descubiertos en días, ya que el sábado se anunció el hallazgo de otros nueve cuerpos sin identificar en la morgue del Hospital Al-Khadra, en la misma zona.
El incidente se produce en un momento en el que Libia sigue sufriendo profundas divisiones políticas y de seguridad desde el derrocamiento de Muammar Gaddafi en 2011, dividiéndose el país desde 2014 entre dos gobiernos rivales en el este y oeste, y a pesar de la firma de un alto el fuego en 2020, el país sigue al borde de una explosión en cualquier momento, con la proliferación de armas y facciones armadas fuera del control del Estado.