En un desarrollo peligroso que refleja una nueva escalada en la crisis del Mar Rojo, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, condenó la reanudación de los ataques marítimos por parte de los hutíes a los buques comerciales, que han cobrado la vida de varios marineros y han causado daños graves a buques civiles.
El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, dijo en un comunicado emitido ayer viernes: "El Secretario General condena enérgicamente los ataques perpetrados por los hutíes contra los buques civiles en el Mar Rojo entre el 6 y el 8 de julio actual, que resultaron en el hundimiento de los barcos 'Majestic Sea' y 'Eternity C', y la muerte de al menos cuatro marineros, además de herir a otros".
El comunicado añadió que el hundimiento del barco 'Eternity C', que enarbola la bandera de Liberia y es operado por una empresa griega, representa una escalada peligrosa en una vía acuática vital para la navegación mundial, señalando que los ataques amenazan la seguridad y la integridad de los marineros, violan la libertad de navegación, y advierten de un desastre ambiental, económico y humano en una región costera frágil por naturaleza.
El número de víctimas del ataque al barco 'Eternity C' ha aumentado a cuatro personas, con operaciones de búsqueda y rescate en curso para encontrar al menos 15 tripulantes desaparecidos.
Guterres instó a los hutíes a abstenerse de cualquier acción que obstaculice las operaciones de búsqueda y rescate, haciendo hincapié en la necesidad de respetar el derecho internacional y la Resolución del Consejo de Seguridad número 2768 de 2025, que insta a poner fin a los ataques contra los buques comerciales.
Asimismo, el Secretario General reafirmó el compromiso de las Naciones Unidas de continuar sus esfuerzos para calmar la situación en el Mar Rojo y Yemen, y mantener una comunicación constante con todas las partes yemeníes, regionales e internacionales para lograr una solución pacífica y sostenible al conflicto yemení.
Estos acontecimientos tienen lugar en medio de una escalada de tensiones en el Mar Rojo, lo que vuelve a poner en primer plano la seguridad de la navegación a nivel internacional, planteando preguntas serias sobre el futuro de la estabilidad en uno de los pasos marítimos más importantes del mundo.