Un nuevo terremoto de 5.4 grados en la escala de Richter golpeó el sureste de Afganistán en la madrugada de este viernes, según anunció el centro alemán de investigaciones de ciencias de la tierra, en un momento en que el país aún se tambalea bajo el impacto de terremotos anteriores que han dejado miles de víctimas y desplazados.
Este terremoto se produjo horas después de un fuerte temblor que sacudió el este de Afganistán la noche del jueves, donde el centro alemán de investigaciones geológicas (GFZ) informó que el terremoto tuvo una magnitud de 6.2 grados y ocurrió a una profundidad de 10 kilómetros, lo que aumentó las preocupaciones sobre el agravamiento de la situación humanitaria en las áreas afectadas.
Por su parte, el centro sismológico euro-mediterráneo informó que el terremoto tuvo una magnitud de 6.1 grados y ocurrió en la cordillera del Hindú Kush, al este del país, a unos 46 kilómetros al noreste de la ciudad de Jalalabad, y a una profundidad de 42 kilómetros bajo la superficie de la tierra.
La Agencia de Geología de Estados Unidos confirmó que el terremoto ocurrió a las 20:30 de la noche del jueves, hora local (15:00 GMT), a 14 kilómetros de la ciudad de Jalalabad en la provincia de Nangarhar, con una magnitud de 5.6 grados y a una profundidad de 10 kilómetros, lo que indica una actividad sísmica inusual y acelerada en la región en los últimos días.
Estos temblores consecutivos se producen tras un devastador terremoto que golpeó el este de Afganistán el pasado domingo, que cobró la vida de más de 2200 personas, además de herir a más de 3600, y destruyó varias aldeas en las provincias de Kunar y Nangarhar, lo que llevó al desplazamiento de decenas de miles de habitantes.
Los informes describieron el primer terremoto como uno de los más fuertes que ha experimentado el país en los últimos años, con una magnitud de 6.0 grados y a una profundidad superficial de 10 kilómetros, lo que aumentó la magnitud de la destrucción y las pérdidas humanas y materiales.
Mientras tanto, las Naciones Unidas y las agencias de ayuda internacionales han advertido sobre una inminente crisis humanitaria en las áreas afectadas, subrayando la urgente necesidad de alimentos, agua, refugio y atención médica, en medio de la dificultad para acceder a algunas áreas remotas.
Los sobrevivientes enfrentan condiciones extremadamente duras, ya que los campamentos temporales carecen de lo mínimo para la vida, en medio de las réplicas y el temor a más terremotos.
La comunidad internacional está llamada hoy más que nunca a brindar apoyo urgente a Afganistán, para salvar miles de vidas en peligro y reconstruir lo que la catástrofe ha destruido.