Irán deporta a más de 300.000 afganos en dos semanas.. y advertencias de crisis humanitaria de la ONU

En medio de un aumento de las deportaciones forzosas, más de 300.000 afganos han llegado al cruce fronterizo de "Islam Qala" en la provincia de Herat en los últimos 12 días, según funcionarios locales. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados expresó su preocupación por el deterioro de la situación humanitaria, advirtiendo sobre la agotamiento de los recursos destinados a ayudar a los retornados.
Ahmadullah Mutaqi, jefe de Cultura y Medios de la provincia de Herat, afirmó que "más de 300.000 personas entraron en Afganistán a través del cruce de Islam Qala en 12 días", señalando que "aproximadamente 38.000 de ellos regresaron el viernes pasado, incluidos 24.000 que fueron deportados por las autoridades iraníes".
Según las estadísticas, el número de retornados diarios ha aumentado de 3.000 personas a principios de abril pasado a más de 35.000, la mayoría de ellos familias y niños, lo que aumenta la presión sobre los servicios básicos en Afganistán.
En un comunicado emitido el sábado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados advirtió sobre el empeoramiento de la crisis, señalando que "la situación humanitaria es crítica, especialmente con la escasez de refugio, atención médica, agua potable y oportunidades laborales". Agregó: "Nuestros equipos están haciendo esfuerzos intensos para brindar asistencia, pero los recursos se están agotando. Necesitamos ayuda urgente para seguir apoyando a los retornados".
El Alto Comisionado explicó que el retorno de más de 1,4 millones de afganos durante este año _incluidos los reubicados a la fuerza_ ha colocado al país en una "posición extremadamente difícil", con previsiones de un empeoramiento de la situación en los próximos meses.
Organizaciones de derechos humanos e internacionales han calificado las acciones de Irán como "contrarias a los valores humanitarios", especialmente después de que se difundieran imágenes en redes sociales de ciudadanos iraníes en Baluchistán proporcionando comida y agua a afganos detenidos en los centros de deportación.
Los retornados afganos también han informado que "el trato en Irán no fue humano", y que algunos fueron deportados a pesar de tener documentos legales. En referencia a violaciones graves, activistas afganos han acusado a las autoridades iraníes de separar a los niños de sus familias durante las operaciones de deportación, exponiéndolos al peligro de extravío o explotación.
Las deportaciones masivas se producen tras la escalada entre Irán e Israel, que coincidió con una intensa campaña iraní contra los afganos residentes en su territorio. Afganistán, que ya sufre crisis económicas y políticas, enfrenta desafíos sin precedentes para absorber este gran número de retornados, con advertencias sobre repercusiones humanitarias a largo plazo.