"Observatorio de la Huella" documenta la fuga de prisioneros de la cárcel de Sheikh Maqsoud en Alepo y violaciones sistemáticas contra los reclusos.

Un informe publicado por el "Observatorio de Huella de Derechos Humanos" reveló detalles sobre la fuga de decenas de detenidos de la prisión central en el barrio de Sheikh Maqsoud en Alepo, controlada por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), tras la retirada de las fuerzas del régimen sirio de la zona de Shahba en el norte de Alepo.
El informe señaló que la retirada de las fuerzas gubernamentales creó un vacío de seguridad en los barrios de Sheikh Maqsoud y Ashrafiya, lo que resultó en la pérdida de control de varias instalaciones de seguridad, incluida la prisión central, donde los guardias abandonaron sus puestos, lo que provocó caos y la huida masiva de los reclusos.
El "Observatorio de Huella" transmitió testimonios de exdetenidas que confirmaron que los elementos de la prisión quemaron los archivos oficiales y los registros de los detenidos antes de irse, facilitando a muchos presos romper las puertas de las celdas y escapar hacia los barrios civiles de Alepo para esconderse.
Según el informe, a pesar de los rumores sobre la entrada de facciones armadas en la zona, lo que llevó a algunos fugitivos a detener su escape, las fuerzas de las FSD se replegaron y lanzaron redadas que resultaron en la recaptura de varios fugitivos.
Casos específicos mencionados en el informe
Entre los casos documentados en el informe se encuentra Nasreen Hassan Dabsu (19 años) de la aldea de Basouta, condenada a cinco años de prisión por "contactar con entidades turcas", quien escapó durante el caos y fue recapturada.
La lista también incluyó a Badeea Klin Mohammad (nacida en 1983) de la aldea de Jweiq, madre de tres hijos, quien fue recapturada por cargos similares.
Los documentos también mencionaron a Nazliye Manan (Areen) de la aldea de Qarat Qalagh, excombatiente que perdió un ojo en batallas en 2018, fue arrestada meses antes de la caída del régimen, escapó durante el caos y fue sentenciada a 15 años de prisión.
Jwan Kamal Ali (25 años) de la aldea de Jweiq, exmiembro de las FSD, fue recapturado por contactar con familiares en Afrin y poseer una tarjeta SIM turca.
Graves violaciones contra los detenidos
Según testimonios de exreclusos, los detenidos sufrieron graves violaciones que incluyeron descargas eléctricas, quemaduras con colillas de cigarrillos, exámenes de "virginidad" forzados a mujeres, además de golpes e insultos repetidos.
El informe confirmó que estas tácticas se utilizaron para obtener confesiones bajo tortura, considerando cualquier contacto con áreas fuera del control de las FSD o la posesión de teléfonos turcos como "espionaje" sujeto a castigo.
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