El Sheij Al-Aql de los drusos y el Muftí de Líbano llaman a rechazar la discordia y detener la violencia en Suwayda
July 18, 202543 VistasTiempo de lectura: 3 minutos

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La Oficina del Sheij Al-Aql de la secta drusa y la Oficina del Muftí de Líbano han afirmado su total rechazo a seguir cualquier discurso incitador y consideran que derramar sangre entre hermanos en la patria de Suwayda es un dolor compartido que afecta a todos.
Un comunicado emitido por la Oficina del Sheij Al-Aql enfatizó la confirmación del Sheij Al-Aql de la secta drusa, Sami Abu Al-Muna, y del Muftí de Líbano, Abdul Latif Derian, sobre la fraternidad islámica y nacional que une a las dos nobles sectas sunita y drusa.
El comunicado de la Oficina de Prensa del Sheij Al-Aql decía: "El Sheij Al-Aql de la secta drusa, Sami Abu Al-Muna, recibió una llamada telefónica hoy del Muftí de Líbano, Sheij Abdul Latif Derian, para reafirmar en un mensaje conjunto la fraternidad islámica y nacional que une a las dos nobles sectas sunita y drusa, con relaciones de amistad, respeto y una larga historia de un destino común, considerando el dolor y la profunda tristeza por lo que está sucediendo en la ciudad de Suwayda, con el derramamiento de sangre pura entre hermanos en una sola patria como un dolor compartido que afecta a todos".
El Sheij Al-Aql señaló que él y el Muftí Derian durante la llamada, "rechazaron totalmente seguir cualquier discurso incitador, y cubrir cualquier acto provocativo que pueda avivar la tensión sectaria y dar una imagen no real de la relación entre las dos sectas".
Ambos llamaron a "evitar caer en la trampa de la discordia deseada por los enemigos de la humanidad, en una etapa muy difícil alimentada por algunos medios con información incorrecta y a menudo engañosa, lo que requiere que todos prioricen la voz de la razón, la sabiduría, la paciencia y asuman la responsabilidad para evitar el peligro de la discordia y detener el derramamiento de sangre".
También enfatizaron "el rechazo a cualquier intervención externa y ataques que contribuyan a socavar esa unidad, que ha gobernado la relación histórica entre las dos sectas".
Ambos instaron "a todos los involucrados, comenzando por el Estado sirio que tiene la responsabilidad principal, y por los líderes religiosos en Jabal al-Arab, las autoridades religiosas y tribales, a trabajar seriamente y de manera efectiva para detener de inmediato la violencia en curso, no continuar con la lucha entre hermanos, y expulsar a los extremistas de entre ellos, que trabajan para avivar la crisis, socavar la estabilidad y contribuir, ya sea intencional o no, a la ejecución de planes sospechosos".