Descubrimiento de vínculos genéticos entre el antiguo Egipto y Mesopotamia a través del análisis de ADN

Un estudio reciente publicado en la revista "Nature" el miércoles 2 de julio reveló una conexión genética entre la población del antiguo Egipto y la civilización de Mesopotamia, después de analizar el ADN extraído de un esqueleto con más de 4500 años de antigüedad.
Según la agencia "Associated Press", un equipo de investigación secuenció el genoma completo de los dientes del esqueleto, encontrado en un recipiente funerario sellado en un sitio de entierro egipcio que data de entre 4495 y 4880 años atrás.
Los resultados mostraron que el 80% de la composición genética del individuo estaba relacionada con la población del norte de África y las regiones circundantes a Egipto, mientras que el 20% restante reveló vínculos genéticos con la región del Creciente Fértil, donde floreció la civilización de Mesopotamia entre los ríos Tigris y Éufrates.
Daniel Antoine, curador de Egipto y Sudán en el Museo Británico, declaró que "este descubrimiento es de gran importancia, ya que es la primera evidencia directa de lo que se había insinuado en trabajos anteriores". Añadió que el río Nilo podría haber sido "una antigua vía rápida" que facilitó el movimiento de personas y culturas entre las dos regiones.
Evidencias arqueológicas anteriores habían señalado intercambios comerciales y similitudes en las técnicas de alfarería y escritura entre las dos civilizaciones, pero este nuevo estudio demuestra por primera vez la existencia de vínculos genéticos directos.
Por su parte, Joel Irish, arqueólogo biomolecular de la Universidad John Moores de Liverpool y coautor del estudio, explicó que el análisis del esqueleto _encontrado en el sitio arqueológico de Naukratis dentro de una habitación tallada en la ladera de una colina_ sugiere que el hombre tenía unos sesenta años y probablemente trabajaba en la alfarería, según las señales de desgaste en sus huesos y su artritis.
Se cree que el hombre vivió antes o durante el comienzo del Reino del Antiguo Egipto, un período que presenció la unificación del Alto y Bajo Egipto y un florecimiento cultural, incluida la construcción de las pirámides de Giza.
A pesar de la importancia de los resultados, los investigadores enfatizaron la necesidad de analizar más muestras de ADN antiguo para determinar con mayor precisión la extensión y el momento de las migraciones entre Egipto y Mesopotamia.